lunes, 12 de noviembre de 2012

Artículos de Filos.Mx: Los juegos de Olimpia, hablando de records

Este año comencé a escribir para una revista digital llamada Filos.Mx, y debo compartir que ha sido de las cosas que más me han aportado en mi intento por volverme escritor. Lamentablemente tras algunos problemas en internet, algunos de los primeros artículos se han perdido, por ello en mi afán de que no se vallan al limbo, he decidido republicar (aún sin permiso de Filos) algunos de mis primeros trabajos en la revista. Espero les agrade y que del mismo modo sigan visitando FilosMX en su nueva época.




Cada 4 años se reúne lo mejor del deporte en un mismo lugar: los juegos olímpicos. O al menos, eso es lo que los medios quieren que pensemos, las marcas son superadas constantemente, pero no porque los records sean batidos, sino porque las marcas comerciales tienen una competencia más encarnizada que cualquier atleta. Y para que valga la pena invertir en un evento de esa manera, es necesario garantizar que todos lo consideren como el más grandioso evento deportivo.
Las olimpiadas, según el mito, fueron organizadas por Heracles para rendirle un espectáculo a su padre, Zeus, y en este evento solo se buscaba, a grandes rasgos, demostrar quienes eran los “mejores”, así de simple. En 1890 William Penny Brookes ideó una competencia olímpica internacional, después esa idea se la robó el barón Pierre de Coubertin y formó el comité olímpico internacional, y con el paso del tiempo los medios se han encargado de hacer de esa festividad el máximo evento deportivo del mundo.
Lo que nuestros medios no han aclarado en su frase, es que son los más grandes en cuanto a reunión de disciplinas y atletas de alto rendimiento, no obstante queda mucha distancia en el aspecto competitivo. Es precisamente Coubertin quien exalta la frase de Ethelbert Talbot: “Lo importante no es vencer, sino participar” y ese lema se refleja en los records.
Si en calidad deportiva hacemos una comparación entre el nivel mostrado por los atletas en sus competencias mundiales anuales, sus ligas o su rankeo cotidiano, notaremos algunas inconsistencias en cuanto a sus marcas. Y los records conseguidos en las justas olímpicas en realidad están por debajo de aquellos conseguidos en el resto de competencias internacionales profesionales. Así como varios de los encuentros que, aunque en nombres son atractivos, pocas veces tienen el mismo nivel de los encuentros cotidianos. Por ejemplo: los encuentros de la NBA cuentan con todas las estrellas del basquetbol mundial, mientras que el basquetbol olímpico solo tiene a las selecciones calificadas por zonas, imposibilita a grandes jugadores el poder participar y favorece a otras su llegada a costa de un bajo nivel de la zona. En el atletismo también es notoria la diferencia de exigencia deportiva. La mayoría de los records mundiales se establecen fuera de las olimpiadas, aquí una pequeña comparación:
Prueba Récord mundial Récord olímpico
400 metros planos
Michael Johnson (USA)
43.18 segundos Quincy Watts (USA) 43.50 segundos
Lanzamiento de
disco
Jurgen Schult (ALE) 74,08 metros
Jurgen Schult (ALE) 68.82 metros
Maratón
Haile Gebrselassie (ETI) 2h:03:59
· Samuel Wanjiru (KEN) 2h.06:32
Estos son solo algunos de los casos donde los records olímpicos no alcanzan a los mundiales. Otro caso que podría afectar el nivel olímpico es el límite de edad para participar, como es el caso del futbol, donde solo se permite el ingreso de selecciones menores, siendo que la mayoría de cracks internacionales rebasan los 23 años de edad.
Usualmente cada deporte cuenta con su respectivo seguidor y conocedor, pero en épocas olímpicas las competencias van dirigidas a un público mayor que, aprende las reglas de la mayoría de los deportes conforme el cronista lo narra, la gente se conforma con saber que país ya lleva un cierto número de medallas, aunque no sepa el nombre correcto de la disciplina, cuando Soraya Jiménez ganó oro en Sidney, muchos no sabíamos que levantamiento de pesas olímpico se llamaba halterofilia.
Ahora bien, si el espíritu olímpico busca promover principios de armonía y convivencia, y deja de lado la importancia de la competencia, debería dejar de enfatizar los contrastes socioculturales entre un país medallero y uno que apenas logró calificar al evento, debería enfocar la relevancia a los atletas como individuos y no como representantes de una infraestructura política, así sería el evento una gala deportiva en la que se expone a los mejores, y no una vitrina de logros nacionalistas, siendo que en varios casos los atletas llegan ahí sin apoyo real de sus países. Records tomados de AQUÍ

Abraham Becerra @SanAbrahel

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