martes, 13 de noviembre de 2012

Artículos de Filos.Mx: Y cuando despierté… Frany, ya vine.

Este año comencé a escribir para una revista digital llamada Filos.Mx, y debo compartir que ha sido de las cosas que más me han aportado en mi intento por volverme escritor. Lamentablemente tras algunos problemas en internet, algunos de los primeros artículos se han perdido, por ello en mi afán de que no se vallan al limbo, he decidido republicar (aún sin permiso de Filos) algunos de mis primeros trabajos en la revista. Espero les agrade y que del mismo modo sigan visitando FilosMX en su nueva época.



Dinosaurios, enormes criaturas que además de caminar alguna vez sobre la tierra, nos atrevemos a decir que “reinaron”. Esta idea trae a mi mente el motivo por el cual mencionamos esto de manera tan recurrente, quizá lo decimos por admiración, pero bien puede ser nuestro intento de adjudicarle el poder y derecho sobre el mundo a la especie en turno que tenga la capacidad de atemorizar a las demás.
Y ¿qué pasaría si así como nosotros interpretamos al modo de vida de los dinosaurios, ellos pudieran hacer lo propio con el nuestro? No puedo decir que esa era la idea de la que partió Michael Jacobs para producir Dinosaurios, una serie cómica que originalmente estaba planeada para un público infantil, y que a su vez introduce una crítica a las costumbres, la cultura y la sociedad en general lograda mediante la exposición análoga de las situaciones cotidianas y familiares. De pronto la idea de convertir a la gente en otra especie y hacerlos mantener sus hábitos no es una que resulte atractiva, pero el hacerlo con una especie sobre la cual lo primero que aprendemos de ella es que se extinguió, sugiere que nuestra especie tiene más en común con los grandes reptiles que solo el título de “Reinantes sobre la tierra”.
A lo largo de los 65 episodios que dura la serie podemos ver la vida diaria de los Sinclair, una familia de megalosaurios (aunque las apariencias físicas propusieran otras especies, se menciona en la serie que esta es su especie) que está compuesta de 6 miembros típicos de muchas familias de casi cualquier nacionalidad durante los 90s: Un padre obrero, una madre ama de casa, un hijo adolecente rebelde y una hija superficial, una persona de la tercera edad y un bebé.
Los Sinclair son expuestos en distintas situaciones propias de los humanos, por ejemplo, el papá, Earl Sinclair trabaja para una empresa llamada Yo lo Digo la cual se dedica a tumbar árboles sin argumentar jamás un verdadero motivo que no se mencione en su eslogan, además que, aparte de la única cadena televisora, es la encargada de ofrecer cualquier servicio a los residentes del Supercontinente Pangea, emulando así lo que hace en otro universo ficticio la marca ACME. Yo lo digo refleja el comportamiento de la industria en general partiendo de una crítica al sistema capitalista, la empresa se puede adueñar de tierras y de todo lo que se encuentra en sus límites, extrae todo lo posible y después busca el modo de comercializarlo. En el episodio Oportunidades de trabajo El jefe de Earl lo reprende por tumbar un árbol sin dañar la raíz, argumentando que si la raíz queda viva, entonces el árbol retoñará, y que si quisieran que el árbol retoñara, entonces no lo habrían tumbado desde el inicio. Aparentemente la tesis radica en que si soy propietario de algo, debo acabármelo, En contraste, en otro episodio se contradice lo primero diciendo, que si se acaban lo árboles luego ya no habrá más que tirar y que la empresa no pagó por un tiempo finito para explotar la zona.
En general la serie muestra que la mayoría de las problemáticas se pueden solucionar mediante el diálogo, y suele ser la esposa de Earl: Fran, quien al terminar los episodios concilia las partes en disputa señalando pros y contras. Así suele ocurrir en todos los episodios excepto en el último. Yo lo Digo provoca un cambio ambiental que termina por ocasionar el enfriamiento del planeta, ante el cual el bebé solo puede cuestionar su porvenir y nadie le contesta.
Los dinosaurios son un tema recurrente en estos momentos, para describir a un grupo reducido y señalar sus faltas, pero no se toma en cuenta que al igual que en esta serie los dinosaurios somos todos, nuestros hábitos y vicios se reflejan en el modo en que interactuamos con el medio, comparándonos con nuestros similares, en nuestro gobierno, cualquier resultado conservador o revolucionario estará condenado a la extinción mientras asumamos que el que se come a todos es el rey del mundo. Los dinosaurios verdaderos se extinguieron por aspectos ajenos a su comportamiento, pero nosotros tenemos nuestro destino en manos.


1 comentario:

  1. NO HEMOS EVOLUCIONADO, ASÍ DE SIMPLE JAJAJAJ ASÍ ES LA IDEA...ESTAS SERIES SE REFINARON EN CUANTO AL MENSAJE CON LOS AÑOS Y PERFILARON MAS SERIES INFANTILES CON CONTENIDOS PARA ADULTO, SIEMPRE QUERIENDO OPTIMIZAR MAYOR PÚBLICO POR PROGRAMA, EN FIN, QUE BUENO QUE NOS RECORDASTE ESTA BUENA SERIE NO LA VÍ TODA, PERO LO QUE VÍ ME GUSTÓ

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