viernes, 2 de noviembre de 2012

Artículos de Filos.Mx: Hablando de automóviles y tracciones, se fueron terminando el combustible.

Este año comencé a escribir para una revista digital llamada Filos.Mx, y debo compartir que ha sido de las cosas que más me han aportado en mi intento por volverme escritor. Lamentablemente tras algunos problemas en internet, algunos de los primeros artículos se han perdido, por ello en mi afán de que no se vallan al limbo, he decidido republicar (aún sin permiso de Filos) algunos de mis primeros trabajos en la revista. Espero les agrade y que del mismo modo sigan visitando FilosMX en su nueva época.



Así como muchas personas que no se encuentran en su forma ideal, otras no poseen su auto ideal, desde el auto completo, hasta su propio auto con algún detalle faltante, como es: un simple espejito. Este deseo de características nuevas, conjunto al sistema consumista en el que vivimos, empuja a la industria automotriz a diseñar estilos en los automóviles que reflejan las condiciones históricas cuando se puede decir que son tiempos alegres. Los autos que reflejen mejores tiempos son aquellos que rápidamente se vuelven clásicos por su enorme contenido nostálgico.
Un ejemplo de autos que reflejan la bonanza de recursos, sobre todo el deseo de una América que se quiere mostrar como potencia, son los llamados Muscle Cars. Estos autos a grandes rasgos son literalmente autos potentes, fuertes, bravos. Lejanos a una preocupación estética, lo que los caracteriza es el motor que tienen, se tratan de motores de 8 cilindros, es decir, que son máquinas que pueden alcanzar muchas revoluciones a cambio de un enorme consumo de combustible. A diferencia de otros motores del mismo cilindraje como lo son camionetas o autos deportivos, estos motores están en cuerpos de coches relativamente pequeños y sencillos, destinados a una conducción ordinaria en ciudades. Cabe mencionar que antes de los Muscle Cars, la idea de poner a un auto promedio un enorme motor se propició con los llamados Hot Roadsters, la diferencia entre ambos es que los primeros tienen una producción industrial, mientras los segundos se tratan de adaptaciones hechas por los propietarios. Tampoco están equipados para transportar grandes pesos mercantiles o ser veloces en tramos cortos.
Peter Henshaw, en su libro los coches del músculo, compara a estos bólidos con Charles Atlas, famoso fisicoculturista de inicios del siglo XX, por el hecho de mostrar una gran fuerza sin una aplicación diciendo que a pesar de sus gran poder no eran capaces de aplicar toda esa fuerza plenamente. El hecho de ser potentes solo en línea recta es resultado de una falta de integridad de ingeniería, sofisticación del chasís e incluso una apariencia ágil, contrastando lo procurado por los modelos europeos. Convirtiéndolos en autos con poca visión en su planeación.
Pero la mayor crítica para estos autos la hizo el mismo tiempo y su permanencia. Su éxito en parte se debía a su precio, eran accesibles al adquirirlos, contrariamente a lo que resultó conservarlos. Tras el aumento de los precios de los combustibles, el motor de 8 cilindros se convirtió precisamente en su característica menos rentable. El auto músculo estaba pensado para una sociedad que buscaba trascender en el tiempo perpetuando el mismo comportamiento, dejando a un lado el cambio en su esencia; no obstante los tiempos si cambian, surgen nuevas necesidades y nuevos límites, no era posible perpetuarse con un carácter de devoradores colosales. El motor de 8 cilindros fue retirado por las autoridades americanas para su uso en automóviles convencionales, la gente optó por autos que propiciaran el ahorro de gasolina y se priorizó una cultura de ahorro.
Hoy en día a cualquier amante de la velocidad le gustaría sentarse en un Pontiac GTO del 67 y pisar el acelerador a fondo, escuchar ese motor emulando al trueno y sentir las vibraciones del camino, pero para una conciencia preocupada por los recursos, esto se ha convertido en una frivolidad.
Con el tiempo nuestros comportamientos han adoptado mayor conciencia y la gasolina no es lo único que buscamos ahorrar, experimentamos con muchas fuentes nuevas, renovables, energías limpias, empero una fuente de energía limpia debe serlo incluso en cuanto a su misma necesidad, su limpieza no radica únicamente en su formación o sus residuos, también debe ser pura de abusos.
El Muscle Car comparado con los autos actuales, especialmente con los ecológicos como los híbridos, muestra un contraste del concepto de automóvil que se tenía en el S XX y el actual, el primero buscaba exaltar la posibilidad de hacer autos con poder monstruoso, como si devorando al mundo se adueñaran de él, buscaban llamar la atención al mostrarse. En cambio los modernos buscan un su paso silencioso, demostrar que llegarán lejos por como son, no por lo que consuman.



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