lunes, 26 de septiembre de 2011

Cualquier dios que viera lo que hacen en su nombre, probablemente reaccionaría igual.

Episodio 54: Abraham, el Arcángel
El sol está por entrar entre las montañas, algunas personas en la Ciudad de México no se percatan de este evento, otros como Sonia lo observan con cuidado, ella teme que con ese día también se terminen sus sueños.
Era extraño para ella así como para cualquiera; el haber sido poseída, muerta y resucitada sin percatarse de ninguno de estos momentos, y aún así tener la sensación de que todo ocurrió. Si bien es cierto que ella nunca murió el pensar en haber resucitado le habría dado la esperanza que ofrece el renacer, el poder corregir sus errores y para todo y todos, una nueva oportunidad.
-¿Y si él se enamoró de mí en verdad?- Sonia le dice al aire al pensar en el Arcángel- Pero no era Damián, de eso estoy segura, era alguien que en realidad nunca conocí, que tonta fui al pensar que él podía… Además, se trata del asesino de la familia Arrieta, fui una egoísta al no considerar a Abraham.
Aunque él… Él es muy fuerte, lo sé, recuerdo cuando se quedó solo, lo más que le ocurre es que le da por llorar, pero algo hace que no deja que se le rompa el corazón, debo aprender de él a hacer eso –sonriendo- cuando tropieza lo hace de un modo que todos se ríen, pero todos a la vez quisieran levantarlo. Tiene esa gracia, esa locura, ese carisma que no hay en nadie más. Recuerdo que quería ser el líder del mundo para que la gente lo respetara, y no solo no lo logró. Lo superó, la gente no lo sigue por temor o respeto, lo siguen porque lo quieren, y no se da cuenta. - todo ello le susurra al aire con temor de que el aire lleve las palabras a donde sean escuchadas, decide entrar en su casa para cubrirse de los vientos otoñales- Damián por otra parte; él es enigmático, inteligente, maduro, no creo que sea un niño normal, ¿me pregunto si en verdad él quiere que lo volteen a mirar y por eso todos lo hacen?
Entra en su casa y se dirige a continuar estudiando.

Acostumbrarse a ser normal es extraordinariamente complicado, sobre todo cuando se es extraordinario. Abraham sufre de un extraño fenómeno en el que está más debilitado y sus desmayos se prolongan largo tiempo, Damián y Gato, lo llevaron a su casa y lo dejaron durmiendo en su cama, cuando este despierta tarda en incorporarse a la realidad. Un poco después cae en cuneta de dos cosas, la primera es que había sido atacado por uno de los seguidores de Mateo y la segunda, Había una nota en una mesa contigua que tenía su nombre escrito.
Abraham toma la nota entre la que estaba el guardapelo que Gato le había entregado muy temprano…



Querido amigo de los hombres…
Seguramente el cambio en tus habilidades afectará a tu organismo de modo poco agradable, sin embargo espero que para cuando leas esto te sientas mejor… Eres un tonto, en tu situación no deberías encarar a los guardianes del apóstata Mateo, afortunadamente estaba cerca de ti tu amigo Damián y un servidor, pero si vi que por un instante decidiste enfrentarlos… Pero la nota no es para regañarte, sino para informarte de lo que debes hacer a continuación…
Abraham lee la nota impresionado por lo que le cuenta Gato; cada detalle de la historia de conspiración, la formación de SPTTRO así como la historia de su regreso le pareció por demás fantástico, acto seguido Abraham intenta recostarse y dormir de nuevo para salir de esta pesadilla. La nota incluye una explicación del guardapelo, se trata de un artefacto que materializa el aspecto del poseedor, a Damián le regaló un brazalete y el mismo Gato conserva un anillo, eso precisamente le permite mantener ante los demás un aspecto humano escondiendo su verdadera forma. El objetivo del presente era facilitar a Abraham una herramienta que le permitiera disfrazarse con mayor facilidad, y así se pudiera despedir del hábito de esconder sus mallas bajo una ropa holgada, ahora que Damián también necesitará usar un disfraz, también recibió algo similar.
El otrora justiciero no puede cometer su objetivo de dormir, y simplemente se queda llorando después de su lectura, la frase del final le advierte exactamente lo peor que se le podría decir en ese momento… “Por cualquier motivo propio o ajeno… No intentes acercarte a Sonia”

La noche es fría y la luna redonda y brillante, sobre la azotea de un edificio alto en el centro de la ciudad Damián observa su reciente adquisición, según lo que le explicó Gato, podrá formar cualquier superficie sobre su cuerpo, incluso una armadura que le cuidara de los impactos de golpes o ataques de energía, lo mejor de todo es que esta se amoldará a su voluntad, siempre y cuando esté concentrado. El muchacho mira por la orilla del edificio la gran altura a la que se encuentra, si es cierto lo que dijo el amigo de Sonia, podría lanzarse al vacío y la sola armadura le cuidaría salvándole de dañarse. El joven se concentra y un atuendo oscuro le cubre, la idea que él tiene se asemeja al atuendo del luchador de antaño antagonista del Arcángel, el mismo que pareció con él en innumerables cintas y que era considerado su rival por antonomasia, sin embargo no puede hacer el acto de fe y no se arroja.
En la superficie él alcanza a escuchar la llamada de auxilio de una joven, aparentemente es perseguida por un bandido que pretende atacarla, ante esto Damián no pude quedarse de brazos cruzados y decide arriesgarse a llegar rápidamente, tiene que saltar.
El cuerpo se desploma y acelera al piso, con la poca confianza que puede juntar logra que la vestimenta le controle la caída y pequeñas aletas orientan la aerodinámica haciendo que este aterrice de pie. A su alrededor vuelan astillas del piso y hacen más asombrosa la postura del nuevo guerrero, cruzando la calle la dama ya no puede más y es alcanzada por su seguidor.
Damián lo intercepta con movimientos espectrales y lo separa como si se tratara de una sobra que arrastra al malvado, la chica que tropezó se siente desconcertada y aliviada a la vez, esa noche nunca la olvidaría.
Así Damián ensayaría la adaptación al traje y al brazalete, y con la nueva indumentaria y nuevos poderes, se convertirá en un vengador nocturno. El maleante traumatizado terminará entregándose voluntariamente a la ley.
-No me dejen en manos del demonio- Gritaba en su celda, nadie nunca supo lo que Damián le hizo.

La noche no solo cubre la acción de Damián, también su amigo decidió salir a caminar al no poder conciliar el sueño. En la explanada del metro de los Insurgentes Abraham descansa sentado mientras observa un peculiar grupo de patinadores. Esa plaza suele ser lugar de conjunción de grupos alternativos, desde personas con preferencias sexuales distintas hasta pequeños grupos radicales, por ello ahí, nadie juzga de extraño a nadie.
Un peculiar sujeto se anima a subir a un pequeño estrado improvisado en una banca, ahí decide gritar la buena nueva.
-¡señores!, hace unos días todos fuimos testigos de su gran poder, le la inmensa luz que salvó al mundo de la posesión demoniaca, sin duda es el comienzo de una nueva civilización- El hombre ya mayor no se apena de usar una capucha y expresarse como un misionero, su pequeño grupo de seguidores traen también atuendos que esconden su identidad.
-¿Ahora hay locos profetas en estos días?- Abraham se dice a sí mismo mientras escucha irremediablemente la palabra del sujeto que lidera a su orden.
-¡El Arcángel!, si, ese al cual todos desprecian, él es el mártir que nos ha salvado, en un estallido de su asombroso poder nos ha salvado sacrificándose a sí mismo, y en una revelación me dio su decálogo, de cómo debemos comportarnos para… ¡ascender a la luz!
Abraham no pudo ser indiferente al oír esto, ¿acaso hay testigos de la batalla que acaba de pasar con Damián?, seguro se trata de un falso profeta que inventa ser el elegido, pero aún así no puede quedarse sin hacer nada, se acerca y se entromete entre los jóvenes seguidores, todos con sudaderas con capucha, el diseño es peculiar, algo justas del abdomen y en combinaciones blanco y negro, mangas cortas y todos con brazaletes de cuero de gran tamaño en ambos antebrazos. Abraham que llevaba su guardapelo inconscientemente lo activa y se esconde entre ellos con un atuendo similar, quizá sin pensarlo se inspiró en el traje de quienes lo rodeaban, afortunadamente nadie notó el cambio y la capucha lo marcó como un desconocido más.
-Debemos conservar su memoria- continuaba el profeta-. Y luchar para protegernos, no solo de los criminales menores, sino también de las fuerzas del mal, por ello formaremos una unidad, una unidad de defensa, cuidaremos de nuestros hermanos, así como él nos cuidaba de quienes nos ofendían- Acto seguido, saca un arma- La fuerza de la Alianza, nueva y eterna.
Abraham no cree lo que está a punto de presenciar, el profeta apunta a un policía que se encuentra cuidando que no se salga de control el evento, la pistola es grande y plateada, muy brillante. La sonrisa en el rostro del encapuchado es tremenda y la solemnidad con que sus seguidores se quedan quietos es muestra de que les han lavado el cerebro. Abraham furioso y sorprendido se abre paso a empujones intentando acercarse al Psicópata que daba el sermón, pero el gesto es lento, sin sus habilidades sobrehumanas apenas le da tiempo para correr y rasgar cerca de los pies del impostor, sin embargo el disparo se realizó, una explosión fuerte ocasionó que Abraham cerrara y apretara los ojos por haber fracasado, el policía que se percató de este hecho estuvo a punto de desmayarse. Confeti de colores bañaba a los seguidores que permanecían tranquilos.
-Solo con armonía podremos corregir a nuestros acusadores sin necesidad de la muerte- Sentenció el orador que se sentía excitado y a la vez orgulloso de su broma, toda la gente de la plaza estaba aterrada y no pudieron más que intentar retirarse tranquilamente y con temor. Los policías que no tomaron a bien la broma la consideraron una ofensa y motivo para proceder en su contra, de inmediato un pequeño grupo de oficiales fueron llamados para auxiliarlos. La congregación aparentemente estaba preparada para esto, y todos los integrantes de inmediato realizaron una formación para proteger al líder.
Todos perfectamente organizados en hileras circulares, los de las orillas encarando a los oficiales que se acercaban y corriendo a la vez intentando derribarlos, una hilera después un grupo de ágiles encapuchados saltaron sobre los guardias desequilibrados para asegurar que no se levantaran, mientras los del centro tiraron bombas de lacrimógeno y escaparon en distintas direcciones despistando a las autoridades.
Abraham al ver caer la primera lata la reconoció, girando como pudo se alejó rodando un poco para después intentar incorporarse, en cambio los policías que también se levantaban recibieron como primera bocanada el gas que los cubría y dejaba retorciendo por el ardor.
La gente de inmediato se alarmó y se alejaban de la nube creciente a como diera lugar, mientras los fanáticos de la congregación escapaban y a su paso robaban en los negocios cercanos y a las personas que se les cruzaban a su paso. El líder desapareció más rápido aún.
-Están robando, era una trampa.- Abraham no podía creer lo que estaba viendo, y menos el quedarse sin actuar- No soy más el Arcángel, pero ellos no son demonios.
Sin pensarlo más tiempo el joven corre a toda velocidad tras un par de encapuchados que derribaban a un anciano en su huida, dado que ellos no se percataron de su presencia fue asencillo que Abraham con un simple empujón los hiciera caer de frente y lastimarse. Abraham tras deshacerse del primer par considera que aunque no pueda detener a todos, si deshabilita al mayor número posible, entonces podrían interrogarlos para atrapar al líder.
A primera vista hay una Docena relativamente cerca de él entre negocios, Abraham sabe que tiene que derribar a todos los que pueda de un solo golpe, si quedan de pie no solo escaparán, sino que seguramente un grupo de ellos le daría la golpiza de su vida.
Invadido por la adrenalina y coraje, Abraham se lanza a combatir a los nuevos sectarios, Con una capucha distinta y sin las habilidades fantásticas de antes se arroja sin mayores motivos. El Arcángel regresa para que nadie cuente sobre él.

1 comentario:

  1. rESPETO LO QUE HACES. AUNQUE NO LEÍ TU TEXTO, ERES VALIENTE AL PUBLICAR ALGO DE TU AUTORÍA. TE FELICITO.

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