lunes, 26 de septiembre de 2011

Los héroes deberán aprender a ser pacientes y a encontrar su pasión.

Episodio 53: Déjame ir
Mateo se ve muy bien como adolecente, su estilo es elegante e incluso soberbio, no esconde en ningún instante su actitud, la actitud de quien quiere convertirse en un Dios.
-No pensaba que nos toparíamos tan tarde, incluso me hubiera atrevido a precipitar que Abrahel buscaría a esa mujer apenas le dejamos solo- Mateo con formalidad no despega la mirada de Damián mientras sus secuaces rodean al joven iniciado en los actos de héroes.
-¿Tienes siempre que hablar como teto?- Damián se prepara para enfrentarse a los tres individuos.
-Entonces hablemos así- Damián claramente escucha la voz de Mateo pero el asusta cuando se percata que este no mueve los labios.
Se trataba del lenguaje de los astros, ese sonido que supuestamente viejos sabios, producían los planetas al moverse y que los religiosos cubrieron de mito al adjudicarse ese sonido como canto divino. Según el mito indica que cuando alguien adquiere un grado de santidad, entonces podrá escuchar la música de los astros, la música destinada por Dios para unos cuantos que podían ver al universo entero con otro enfoque, la verdad es que este no era un sonido tal cual. Era una percepción distinta de todo lo que los rodea, si bien, un santo puede percibir al universo distinto, no es rara la idea de que pueda desarrollar un sentido nuevo. El tener poderes también cambia el enfoque de percepción de quien los posee. Y ahora, Damián escucha la mente de Mateo gracias a los dotes del anterior Arcángel.
Más inmediatos que el lenguaje, el sonido de los planetas permite entender instantáneamente el mensaje del otro, y Mateo que tiene centurias siendo Santo lo domina y puede articular cada palabra para atemorizar a Damián.

Abraham tiene de frente a Sonia y ella frente suyo tiene a una persona marcada, el ojo herido de Abraham provoca que ella no quiera verlo a los ojos.
-Se que en el pasado tuve muchos problemas, y que no pude tratarte como merecías, pero ahora ya no los tengo y puedo intentar volver a… -Abraham desesperadamente quiere sintetizar su petición para Sonia.
-¡Nada que!- Ella repentinamente se le separa y con molestia no acepta que Abraham invada su espacio- Ya te había explicado lo que ocurrió, tú no quedaste mal conmigo, por el contrario, me gustó que me quisieras tanto, siempre fuiste atento a tu modo, no es exactamente lo que yo pensaba, pero te esforzaste, siempre te admiré eso.
-Entonces… ¿volveremos?
-Abraham, no fuimos novios, éramos amigos… Especiales. Tú estabas tan enamorado, y yo solo quería no dañarte, aunque al final parece ser que en realidad te lastimé más de lo que pensaba. Además, yo no te he confesado muchas cosas, y ahora no es el momento, tengo que irme.
Sonia tenía muy presente la última charla que tuvo con Abraham antes de ese día, ella no quería seguir engañándolo, en realidad ella amaba a su amigo, y si de algo la había contagiado Abraham, eso fue la decisión de cambiar las cosas. Ella quería acercarse a Damián tal como es, sin recurrir a la búsqueda de enmascarados, ella ya sabía que el chico que le gusta no es el mismo que el Arcángel, también sabe que el enmascarado la engañó y que se trataba de un ser extraño que años antes había terminado con la familia de Abraham, sin duda ahora le tenía un gran resentimiento.
Abraham no entiende que ella no puede hablar ahora e interpreta todo como un acto de desprecio. Impotente de moverse no puede seguirla, ahora Sonia está lejos, el muchacho no acepta que ah perdido.

El plan era muy sencillo. Estar cerca de Sonia para presionar a Abraham, por ello se disfrazó de joven y ahora se hacen pasar por compañeros de la escuela, Dionisio y Apolo también la custodian y arrogantemente se presentan como algo más que simples estudiantes.
-Si es necesario podríamos destruirlos ahora- Mateo le comunica a Damián en el mismo idioma que usa.
-Pero nos necesitas, ¿no es así?, Tu hermosa ayudante me explicó que no puedes tomar por ti mismo esos sellos que has mencionado, además supongo que no cualquier mortal te sirve- contesta Damián en su mente y entendido por sus enemigos.
-Lilith merecía morir si te reveló algo así- Mateo se molesta- Ahora no me queda más que garantizar su fidelidad a su próximo Señor, ustedes son justicieros según se entiende, así que no te gustaría que personas inocentes fueran lastimadas, ¿me equivoco?
-Así es, esos chantajes podrán funcionar con Abraham, aunque lo de Sonia seguro es suficiente, a mí no me importa la gente, puedes incluso destruir esta escuela ahora mismo, es más, sería para mí algo divertido tener una batalla ahora- Damián fanfarronea, sabe que aún no controla sus poderes y que se encuentra en gran desventaja, sin embargo no piensa en mostrar debilidad alguna.
-Tu mente es fuerte, no pensé que el rastro de los sellos te haría tan fuerte como para que no pudiera el señor Mateo entrar en tu cerebro- Dionisio a espaldas de Damián forma una pequeña esfera iluminada calorífica con la que lo amenaza.
Mateo se sorprende por un instante y Damián sabe exactamente el porqué, resulta ser que es imposible que el simple rastro de los sellos le haga además de poder escuchar el lenguaje de los santos, el poder también bloquear su mente contra la hipnosis de Mateo. Definitivamente sus poderes no son vestigios del uso de los sellos, y Damián no puede ocultar lo que en realidad pasa.
-Vayan por el Arcángel- Mateo indica a sus secuaces.
Los seguidores del Santo Mateo se mueven distintos a cualquier humano normal, y salen despedidos para encontrar a Abraham, para el ojo normal son invisibles, afortunadamente para Damián, sus poderes le han permitido entrenar una mirada distinta y puede seguirlos. Mateo desaparece entre una siniestra carcajada.

Abraham aún no puede asimilar las palabras de Sonia, y apenas voltea cuando le parece que se le acercan dos cosas que lo llevan con un rápido tirón a un sitio lejano, la gente que estaba cerca no le prestaba atención, y apenas notaron su desaparición. El latigueo a causa del tirón con el que Dionisio levantó a Abraham provocó que este se dislocara el brazo, y así con fuerte dolor es arrojado sobre el pasto en un campo de futbol vacio.
-¡Malditos! ¿Qué me hacen?- Abraham no acaba de caer en cuenta de lo ocurrido, tampoco se levanta para cuando ya el dolor le resulta insoportable.
-Precisamente como lo sospechamos, tus poderes fueron cedidos a tu amigo, ¿no es cierto?- Dionisio acertadamente se burla del lesionado mientras aparece Apolo a lado.
-Ahora ya no es útil para nuestro objetivo, ¿verdad?- Apolo es seducido por la idea de acabar con el gran Arcángel, el mismo que ha vencido al poder de los sellos por separado y juntos.
-Si nos revelas algunas cosas seguro podrás confiar que te daremos una muerte rápida. Y quizá también no seamos tan rudos con tu amiguita- Dionisio está contento con poder humillar a un débil Abraham.
-¡Maldito!- Abraham por ese instante olvida su dolor y el hecho de ser mortal y se arroja contra los siervos de Mateo.
Entre carcajadas apenas elevan su energía Dionisio y Apolo y hacen retroceder a Abraham dando vueltas por el aire. El otrora guerrero del bien gira en espiral como taladrando el aire, su impotencia de no poder controlar la situación lo apaga por un instante, cierra sus ojos y al abrirlos la imagen familiar de un viejo amigo le parece aparecer. Esperaba la colisión fulminante, sin embargo sentía la cálida sensación y el arropo de alguien que lo había salvado.
Gato, el extraño que apenas le habló a Abraham en la mañana ahora se encontraba cuidándolo, un instante después aparece Damián el cuál se sorprende de ver ahí a un sujeto más, no obstante él si lo reconoce de momento. Era Jesús, el amigo de Sonia que había desaparecido también. Todo indica que este joven también había vuelto de algún modo y hasta que no fuera explicado, también era sospechoso, sin embargo, entre los males el menor y aparentemente estaba del mismo lado.
-No puedo esperar para terminar con todos- Apolo ardiendo en furia.
-Sí, seremos una leyenda si destruimos al Arcángel y al que venció a Lilith, además, yo sé quién es el otro- Dionisio mira a Gato fijamente- Pero no es de preocuparse, él no pudo vencer a Ramadán.
-¿Quieres saber lo que pueden hacer quienes regresan de la muerte?- Gato dejando en el piso a Abraham.
-Sé perfectamente lo que pueden hacer, hace cientos de años hubo alguien que volvió, pero el Santo Pedro no lo iba a dejar que arruinara al dios que había construido y ese entonces, lo matamos- Dionisio se excita pensando en la batalla.
Mateo se comunica con sus servidores y les indica que Damián y el desconocido no son débiles en lo absoluto, además que no es conveniente el empezar una batalla, ahora es claro que Abraham ya no tiene poderes pero aún así es útil, dado que conserva sus amigos poderosos. Con disgusto se retiran Apolo y Dionisio.

Damián y Gato hablan con desconfianza mutua, el primero no confía en alguien que atacó a Abraham estando poseído por uno de los sellos, el segundo con confía en el otro por lo mismo. Gato le explica que después de sentirse muerto, una extraña fuerza lo mantuvo como en un sueño, y que cuando abrió los ojos ya era una persona distinta, y que sabía que debía encontrar a Abraham, aparentemente la técnica que desarrolló cuando fue poseedor del sexto sello le permitió a su propia existencia desaparecer entre múltiples dimensiones.
-Como si mi ser fuera guardado lejos de todo mientras ustedes terminaban la batalla- era como Gato explicaba su ausencia de este mundo- Abraham no puede ser otro más que el Arcángel destinado a vencer la maldad del apostata Mateo.
Debes decirme todo cuanto sepas de él – Damián comienza el interrogatorio sin que Gato oponga resistencia.
La historia cuenta que hace casi dos mil años apareció un hombre de grandes dotes, entre ellos una inmensa sabiduría y un gran amor por la vida, la gente lo creía el hijo del mismo orden que hace posible al mundo, le llamaban el “Mesías”. Un ejército le siguió con la esperanza de que derrocara a los imperios que los oprimían, sin embargo el destino de la revolución solo prometía liberar a la gente de sí mismos y sus ambiciones, eso causó el enojo de sus seguidores. Entonces fue cuando el mejor amigo del Mesías decidió sacrificarlo evitando que el poder de la influencia que tenían sus creyentes se deformara. Eso no dejó satisfechos a los apóstatas que le seguían, así que negaron la muerte del líder y se adjudicaron su voluntad.
El primer apóstata era el hombre de piedra, él creó a un dios a su imagen y semejanza, la cuál era la misma de los necesitados, por ello fue posible una creencia imperfecta y que permitía engañar a la gente, mientras, acumularon los poderes de su antiguo maestro.
Sociedades secretas juntaron reliquias que a la vez les dio más poder, y un día… Se pelearon, hubo guerras por las reliquias y hasta la fecha algunos sobrevivientes las han encontrado.
Gato narraba a Damián cada detalle y este atónito no creía esa historia
-Y ahora, al igual que San Jorge y San Miguel, un guerrero, ¿puede uno solo, vencer al apóstata en turno? es ese guerrero… ¿El chico que tenemos aquí?, ¿hablas de Abraham?
-Así es, Abraham, el Arcángel.

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