Instrucciones: Leer cada
cuento con el mismo título y comentar la experiencia, las otras versiones están
aquí y aquí. El orden no es riguroso.
Besando el reloj
“Reloj detén tu camino, porque mi vida se apaga”. Sonaba en el radio
del auto de la joven y bella Solange,
ella es estudiante de derecho, su sueño es convertirse en una gran forense,
lástima que su oficio va de la mano de actos crueles y homicidios, muchas
noches ella tenía pesadillas por ello, solo quería poder dormir sin que los
gritos de quienes no lograba salvar dejaran de sonar en sus sueños. Ella no es
asignada a casos relevantes, sino que la llaman como observadora de campo, no obstante,
su brillante capacidad le ayudaba a descifrar los casos y ayudaba a los
titulares.
Ya se acercaba la media
noche cuando decidió salir de casa, por correo le habían llegado pruebas del
caso del “asesino del reloj”, un asesino serial al que se le acusaba de varios
infanticidios, en cada escena del crimen se encontraba a la víctima cerca de
relojes, todos ellos con marcas de lápiz labial. Ella siempre pensó que el mote
de asesino debía cambiarse pro asesina, que si no lo han hecho es por motivo
machistas, a fin de cuentas, según ella, las mujeres también pueden matar, y
con los documentos que ha recibido, puede probarlo.
Al llegar a la oficina de su
mentor le expone sus sospechas, su sospechosa es la aparentemente dulce e
inexperta Selene de Santiago, educadora por oficio y paciente de un viejo
hospital psiquiátrico por infortunio. La historia de Solange aún no es creíble,
pues solo se basa en la comparación de datos de otras épocas, muchas décadas
atrás también hay testimonio de homicidios similares, todas las víctimas eran
jóvenes de instituciones escolares donde tenían un contacto con una profesora
suplente. Los criminólogos le discutían diciendo que el caso actual era una
réplica de antiguos rituales de fanáticos religiosos, pero ella tenía
evidencias que no solo eran una coincidencia.
Selene era el nombre de la
suplente en la escuela Villa Paraíso hace 10 años, fotos de su curriculum
mostraban a una chica joven y muy bien parecida, sospechosamente estas fotos
coinciden con las de otras maestras suplentes de otras épocas, y que esas
escuelas donde estuvieron estaban relacionadas con casos idénticos, pero la
mujer aunque cambiaba de nombre, siempre era la misma. Nadie la tomaba en serio
porque Selene debería tener cerca de 100 años.
Antes del amanecer Solange
se retira al estacionamiento después de ser humillada y tomada como loca, una
navaja es colocada en su cuello. -Tienes cosas que me pertenecen -dijo una voz femenina y sensual detrás de ella- no
estás equivocada, veo que has llegado lejos, pero ya no te queda tiempo, a mi
tampoco, aunque, yo sé de dónde puedo obtener más.
Amaneció, el sol salió, pero
Solange ya no pudo verlo más, por otra parte Selene cambiaba de identidad y
cada noche al salir besaba su reloj.
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