lunes, 16 de agosto de 2010

Dos amigos que se enfrentan, uno lucha por que las cosas regresen a la normalidad, el otro busca una nueva normalidad.

Episodio 40: EL futuro Dios
Es entonces cuando Abraham esperaba que alguien le dijera que no existía nada de lo que vio, que le sacudieran diciendo que fue todo un sueño, desde el día que cumplía catorce años hasta ese momento. Era como querer borrar dos años por completo, pero… ¿En verdad quería borrarlos?, por un momento el crio piensa en ello, la imágenes de la preparatoria, su grupo de amigos, las personas que al pasar le sonreían y le llamaban aunque él no supiera sus nombres, la familia que resultó cuidarlo tras perder a sus padres. A diferencia de su familia natural, estas personas no tenían ningún compromiso, ni una promesa, ni siquiera se regían bajo algún principio moral. Sus amigos lo aceptaron por quien era, no por algún lazo sanguíneo, cuando nadie tuvo un compromiso pro quererlo, ellos estuvieron ahí. Los consejos de Gato, la atención de Enrique, la complicidad de Arturo, incluso los golpes de Damián. Más valorado y curiosamente menos justificado para él resultaba que Sonia le mantuviera el nombre de novio, él sabía que ella siempre quiso a su amigo, y que de él no obtendría nada, nunca le pidió un obsequio ni detalle alguno, además pareciera que tampoco le importaba que él la quisiera, peor ahí estaba, sabiendo que si lo hubiera despreciado bien podría haberlo superado.
-¿Sabré algún día que era lo que ella valoraba de mí?- Dice al viento.
No, él no quería borrar esos dos años, no quería otra vida que no fuera la suya, si lamentaba considerablemente su fracaso con Sonia, y quisiera no haberla perdido, y si la historia se frecuentase procuraría no cometer el error que entonces.
No la provocaría con los viejos discursos, ni la presionaría en contra de su voluntad, entendería o haría el esfuerzo por entender sus sentimientos, sus detalles, no la expondría como si ella fuera de acero, no diría tantas cosas malas, no diría ninguna, no las pensaría, no hablaría, cambiaría el modo de ser.
La defendería sin máscaras, la defendería de quienes la buscan para aprovecharse, de quienes le mienten, de quienes imaginen tan siquiera engañarla. La amaría como siempre ha sido… Como en este momento, como siempre, dejaría todo por estar con ella.
Abraham dejaría todo lo que no fue, reafirmaría su vida tal como fue.
Cerca de ahí un enorme brillo rojo cubre una dirección, Abraham sabe que algo le llama de ahí. Se trata de la dirección de su escuela, ese brillo solo puede ser producido por alguna de las criaturas de SPTTRO, él sabe que ahora que no hay clases no habrá mucha gente en riesgo, pero no se puede tardar en llegar. Cuando comienza a correr para allá siente de inmediato que sus habilidades han vuelto a la normalidad, vagamente reflexiona sobre el anuncio de Yibrail con respecto a las plumas del señor Fuji.
-¿Cuánto tiempo habré estado dentro de ese lugar?, tengo hambre y sueño- Abraham mientras salta de azotea en azotea por las casas cercanas a la prepa, se percata que la gente no le presta atención al fulgor rojizo-. ¿Será que no pueden verlo?
En el puesto de revistas cercano los periódicos marcan la fecha de veintisiete de Septiembre, un día antes del cumpleaños de Abraham y curiosamente un día antes que sean publicados los grupos para el siguiente año de la preparatoria. EL joven se acerca y de pronto piensa en su próximo año en la escuela, en lo mucho que desea acabar de una vez con SPTTRO para poder emprender su búsqueda para recuperar el cariño de su amada.
Como si fuera una neblina escarlata, una nata de esta cubre el rededor de la prepa, Abraham la observa desde lo alto de una de las torres de electricidad que tiene cerca, al parecer dicha niebla proviene del gimnasio.
-Esos tipos deben esta sobre Damián, espero que Arturo esté bien- acercándose sigilosamente entra por una ventana-. Seguramente han ocupado a Damián para ponerle el séptimo rollo, se lo extraeré y encontraré el lugar donde se esconden. Cuando los logre derrotar me iré a buscar a Sonia y seré feliz.
Abraham camina por la pista del gimnasio, las células de niebla que están cerca de él, presentan un cambio de tono a azul, como si sirvieran de indicador de su presencia, de pronto todas se arremolinan en un punto que aumenta su densidad formando un ente corpóreo frente a Abraham, una figura humana que se estira como recién salida de un sueño, esa persona se despabila.
-Has tardado mucho tiempo en aparecer, no pudimos sentir tu presencia en tantos días, también Damián se ha demorado- Arturo estira los brazos mientras saluda a su amigo-. Tuve que formar esa niebla que me alertara cuando aparecieras por aquí. Te ves mal, desmejorado, ¿seguro que podrás pelear?
-¿Arturo?, entonces fue a ti al que atacaron- Abraham admira el traje que engalana a su amigo, completamente rojo con bordados en oro, en su espalda un escorpión luce como obra maestra-. ¿Qué le hicieron a Damián?
-Tranquilo, Bell me dijo que a él no le pasaría nada, a lo mucho moriría.
-¿Estás loco?, ¿cómo puedes estar hablando así de nuestro amigo?- apretando los puños y dientes.
-Ja, amistad- Arturo sonriendo deja que membranas salgan del símbolo del escorpión y se blandeen alteradas en su espalda- Los amigos se tratan como iguales y se complacen las satisfacciones, ¿no es cierto?
-No entiendo de qué hablas, seguramente tu mente está nublada pro lo que introdujeron en ti, por resiste en un momento te lo quitaré.
Abraham recuerda que Jesús le mencionó acerca de ello, una variante del réquiem que repela las fuerzas oscuras del rollo podría retirarlo de la persona, tal y como ocurrió con Sonia y no pudo hacer con él. El muchacho extiende la mano y se prepara para disparar en dirección a su amigo, su mirada es preocupada y su postura firme pero insegura, no lo había intentado completamente intencional anteriormente y apenas se prepara para iluminar su mano. Sin embargo en ese instante las fibras salientes de su amigo se erizan y estiran en contra de Abraham, como látigos le rompen la postura y obligan a abandonar la empresa, este cae de rodillas cubriéndose los oídos pues un fuerte zumbido de queja estremece el lugar, incluso los vidrios de este estallan súbitamente.
-¡Ni se te ocurra!- Arturo en posición bélica y enfurecida ondea las largas membranas que funcionan como tentáculos, estas exaltadas al vibrar forman el sonido.
-Pero… ¿Qué sucede Arturo?- Lastimado en el piso Abraham no puede creer que su amigo se resista a volver a la normalidad.
-Estoy harto de tu estúpido llanto, siempre quejándote cuando tienes todos esos poderes, peor ya fue suficiente, no dejaré que sigan haciéndome a un lado solo porque me limita el no ser un superhombre.
-¿De qué carajo hablas?, nunca te hemos hecho a un lado, Damián tampoco tiene poderes y siempre hemos sido buenos amigos.
-Sabes perfectamente que es falso, él quizá no tenga poderes pero te imita y sale, pelea con criminales, se disfraza, además ambos pelearon en la final del torneo.
-No digas babosadas, yo no puedo impedirle que salga a luchar por algo en lo que yo también creo, pero jamás los he visto distinto por eso, no lo considero más solo porque hace lo que quiere.
-Todo mundo sabe que lo miras con admiración, más que a nadie, él es al único en que realmente consideras como amigo.
-Son tonterías, Damián es el primer amigo que tuve, bueno, en realidad no se siquiera que él sea mi amigo, peor sabes que a ti también te estimo bastante, sabes que quiero a todos y cada uno de ustedes, no tienes porque pensar que hay diferencias.
-Todos saben que en tu corazón solo hay espacio para él y Sonia, y no voy a dejar que sigas pensando que soy un ser inferior- Las membranas se contraen y su energía aumenta.
-Te has vuelto loco, jamás he pensado eso que dices, estás influenciado por el poder del rollo, en cuanto lo retire volverá todo a la normalidad Arturo.
-No me quitarás nada y tampoco me llames ¡Arturo!
El joven hace estallar su poderosa energía, Abraham cruza los brazos para cubrirse pero aún así no evita rodar expulsado por la fuerza. Arturo ya no presenta las largas fibras pero su cabello se torna rubio y sus ojos blancos, también presenta una sonrisa despiadada. Abraham que se reincorpora no tolera ver a su amigo en ese estado y sabe que solo derrotándolo podrá retirar el poder del rollo, pero se debe apresurar pues todo señala a que Damián corre riesgo.
Abraham levanta por completo su mirada, y el artefacto que le regaló Jesús se activa cubriendo su cuerpo de con la ya conocida vestimenta del Arcángel, De la nuca a la frente su antifaz se forma brillando, ya no es opcional… Abraham enfrentará deliberadamente a uno de sus mejores amigos.
Tras la espalda de Arturo los aparentes tentáculos ondean excitados y su sonrisa demuestra su verdadero deseo de enfrentar al Arcángel.
-No me llamo Arturo más… Ahora soy: ¡Accuma!
Abraham se desvanece y una lluvia de esferas de energía bombardea a su ahora rival, este un tanto indeciso ocupa las extensiones para desviar los impactos, la velocidad aumenta hasta que uno de ellos penetra la barrera y hace rodar a Arturo, cerca de él, Abraham reaparece con una rodilla en el piso.
-¿Sabes?, hace algunos días, eso creo… Pensaba que mis poderes eran inútiles intentos por darme un motivo de existir, y las cosas pasaron- se levanta-. Era una pena que no pudiera valorar las cosas como son, y que en realidad mi motivo de existencia no era algo accidental, sino lo que elegía.
-¿Cómo pudo golpearme con esa facilidad?- Arturo se limpia un poco de sangre que escupe después-. ¡No dejaré que te burles de mí!
Arturo de rodillas grita y eleva su energía, en una explosión se expande esta y la onda hace moverse el piso. Un círculo marcado de aproximadamente cinco metros de radio alrededor suyo cuartea el piso, dado que están en una planta alta el piso se desmorona y se colapsa.
Abraham salta y se posiciona sobre uno de los varios tubos que adornan el techo, como gárgola ve como Arturo se mantiene casi flotando y cae lentamente.
-Mis amigos y las cosas que hago, son suficientes cosas para valorar el hecho que puedo ser yo siempre.
-¡Ah, eres un tonto!- Accuma extiende las fibras como si fueran aguijones que se dirigen a su anterior amigo.
-No entiendes- Abraham salta y evade en el aire con gracia los ataques, cuando ya se encuentra más cerca toma uno de los mismos tentáculos y lo usa para deslizarse y toparse de cara a cara con su amigo-. El poder no es que tan fuerte es, el poder es lo que puedes hacer aún.
Estando tan cerca por primera vez Abraham no distingue rastro de su amigo en la mirada del demonio que enfrenta, chocando patadas y golpes Abraham logra encontrar rastro de su amigo en la técnica que usa, mas no es suficiente para que lo vea como tal. Chocan constantemente las extremidades aunque en la mayoría de ocasiones se ve que Abraham evade a Arturo con mayor facilidad.
-¡Tienes que pelear con todo!- Arturo exige al distinguir una sonrisa en la cara de Abraham y pedantería en sus movimientos.
Abraham se ladea varias veces, se agacha y arquea la espalda para esquivar cada golpe, al oír el reclamo de Arturo se estira y golpeando de abajo a arriba logra clavar un puño que eleva a su amigo por el mentón.
Aparentemente Abraham no resiente el tiempo dentro del templo de Quetzalcóatl, incluso después de estar ahí más de diez días. Esto no causa ninguna reacción positiva en Arturo el cual ya piensa en usar más de su poder.

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