Espacio donde vengo a tirar todo lo que escurre de mi cabeza y que sé que después vendré a buscar.
sábado, 30 de diciembre de 2017
martes, 26 de diciembre de 2017
En el silencio de su espacio
¿Cuánto tiempo necesitaba para volver a sentir terror?
Ella respondió
que sólo era cuestión que algo me volviera a importar. Lo dijo como una frase
lapidaria, como un mensaje que quisiera grabarme en la frente con postura
ventajosa, pues entre sus manos y muy cerca de su afilada sonrisa tenía sostenido
mi cuerpo por una muy valiosa proporción. Creo como nadie replicaría yo a una
leona como ella teniendo posesión de la esencia de mi hombría, y era
placentero.
Desde la primera noche recuerdo cruzar con ella apenas un
roce de inteligencia, un solo comentario, apenas el más breve enunciado que
hacía referencia al deseo. Y con eso bastó, como fiera se lanzó sobre mí
llevándome tras las cortinas haciendo gala de su naturaleza de felina cósmica y
su ronroneo con perfume desconocido: tan diferente, tan perturbada, tan
lastimada.
Como cría alejada de su hogar a la fuerza, habiendo sido arrebatada
de pequeña de lo único suyo, su refugio de pureza, siendo sometida y silenciada
para traerla a este mundo, este planeta y estas tierras. Yo le preguntaba sobre
su aterrizaje y demás detalles del viaje espacial y ella me respondía
intercalando detalles y caricias, una palabra iba seguida de sus dulces garras
inspeccionando mi torso o mis piernas mientras me contaba cómo recuperó el amor
propio siendo una eterna extranjera. Ella no sabía cómo volver a casa, pero me prometió
enseñarme a perderme más, entonces acordamos tomar posesión mutua, empacarnos
juntos para una fuga espacial, ella tan dispuesta de entregarse sin temor a quedar flotando en una lata de metal.
Ya no puedo decir si hoy, pues entre estrellas no hay ni
noche ni día, no puedo mencionar al ahora cuando estamos flotando en lo
infinito, cuando las caricias son… Simplemente son; ni sobre ella ni dentro de
ella, alrededor o meteóricos ataques que le cubren el rostro feliz y que ella bebe
como dulces. No, el tiempo no tiene espacio en lo eterno y las caricias son
todas a la vez: fuera, dentro alrededor e impactándose en ella. Y el instante
es lo mismo que devora el brillo estelar y a la oscuridad misma, estamos unidos
y no hay el inicio de uno y el final del otro, y así… flotando, viéndola morir
y revivir innumerables veces emulando a la luna en sus ojos, así me desespera
no escucharla gritar.
Y este silencio es un terror contrastante, pues ante nuestro
éxtasis explosivo y ardiente cual supernova, el silencio a la vez nos abraza en
un manto delicado. A diferencia de la tierra donde un beso es aplaudido por el
agua cayendo o las aves volando, o por el susurro de la cigarra que muere y los
labios despegándose poco a poco para abrir paso a lenguas que hacen algo mejor
que hablar, en el vacío no hay gritos ni para bien ni para mal. Sólo veo su
sonrisa y mirada que demuestran que estoy haciéndolo bien, siento que me atrapa
y se aleja de la idea de soltarme alguna vez. De igual forma yo no puedo dejar
de entrar en ella con firmeza y carácter.
“No hay terror más grande que aquel que se tiene a lo
desconocido”. Es un rezo del profeta de lo que duerme en lo profundo, y ese
mismo terror es lo más antiguo, y como ella y yo seguimos flotando, desde la
creación hasta la entropía absoluta, entre colores inexistentes y el canto de
los planetas, nuestros cuerpos y nuestros sentidos no son suficientes para
describir nuestro acto, la palabra placer no será suficiente, ni el amor ni
algún invento terrestre.
Solos, perdidos en lo indescriptible y gozándonos, sin
rezagos de memoria, sin esfuerzos de etiquetas, sin la esclavitud a lo real que
se profesa esperando la venida de un solo señor. Solos en lo cíclico del eterno
retorno y más allá de los instintos. Somos un eterno goce.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Germán, en el nombre del demonio
Germán… Claro que recuerdo ese nombre, yo nunca olvido uno: pequeña víctima de sí mismo, ignorante de su capacidad, temeroso del profu...
-
Diablos al pastor (o Pastores a la diabla) Preludio Presentador parodiando a Alfred Hitchcok entra y se posiciona en lado contrario a la...
-
Hablar de un griego es hablar de belleza, hablar de equilibrio, de palabras definitivas y de recuerdos constantes, es pesar el comportamient...
-
Uno de mis pasatiempos es juntar carritos, además debo confesar mi afición por el diseño automotriz, por ello he decidido realizar est...