Siempre ha sido complicado para mí reconocer como legítimo un pensamiento religioso, no
obstante comprendo los motivos por los que una persona puede alinear su ética
con una moral ajena por algo que trasciende sobre la fe, un motivo que no solo
convence, sino que determina por completo la idea de bien para un individuo,
algo que resulta legítimo ante cualquier dogma y ridiculiza a cualquier credo,
me refiero al amor.
El universo cristiano considera como su mayor festividad la
natividad de su cristo, no solo porque se trate del comienzo de una era donde
se reconcilian el mundo terrenal con el del más allá, sino porque es la
conmemoración del momento en que encarnó
ese absoluto e intangible dios e un hombre. Y bien, por eso considero que un
día en particular para mí puede ser tan especial como lo es la navidad para los
demás.
Comprendo el desagrado que algunas personas tienen frente a
la celebración de figuras en fechas específicas, sobre todo cuando el resto del
año han sido tratadas estas figuras de manera cuestionable, y es cierto, no se
les debería dedicar un solo día, sino promover su valoración a diario, puede
resultar injusto y a veces hasta una burla el pasar por alto su relevancia en
nuestra vida y de pronto un día en particular realizar un ritual que parezca
más un compromiso que un placer, es de pronto el celebrar un cumpleaños el momento
para cumplir un protocolo hipócrita o la oportunidad para hallar el pretexto
para abordar a alguien. La verdad, confieso que las historias de cumpleaños que
conozco destacan varios episodios donde precisamente una fiesta de cumpleaños
marcó el inicio de un ciclo de malas experiencias, un aniversario pudo remarcar
continuos fracasos y una fecha festiva señalaba la burla que hacía el destino a
la voluntad.
Empero… Tal como un
chicuelo encuentra en la navidad más que una fecha en la que recibirá un regalo
por compromiso, es posible también confiar en una compasión del universo que le
permita a otros entender, que no se celebra a una figura solitaria, sino a un
ideal completo que surgió por la interacción de ella, así como un hombre de buena
voluntad ve en la navidad más que el cumpleaños de Jesús un momento para
detenerse y agradecer el ejemplo de compasión que él enseñó, yo en el día que
considero mi navidad creo debo más que felicitar a alguien, compartir mi
agradecimiento con la siguiente reflexión.
Toda persona que me ha conocido sabe sobre la existencia de
una persona especial para mí, una mujer que en cada mención suya la acompaño
con un suspiro, una chica que al colocarla en mi narración de memoria ocasiona que hable de dos momentos, antes de
ella y después de ella. Y no es coincidencia que hoy pueda decir que apareció
justo en la mitad de mi vida, sino que su llegada significó en mi historia
personal un renacimiento.
Hoy este blog tiene seguidores de todos los continentes, por
ello estoy seguro que la mayoría no tiene idea de quién podría significar tanto
para mí, pero por otro lado los seguidores atentos encontrarían fácilmente las
referencias a su legado, incluso podrían separar narraciones sucias que
evidentemente no encajan con su personalidad.
Ella es una chica que conocí hace ya varios años, en el
primer instante no imaginé que iba a dedicarle el resto de mi vida pero llamó
mi atención del modo más inocente posible, con un error. Una equivocación suya
significó la oportunidad para que mis ojos la identificaran y separaran del
resto de compañeros que compartimos por mucho tiempo en el primer lugar al que
yo pude llamar hogar. No pasaron muchos meses para que otra coincidencia me
acercara a ella y, ya de cerca pudiera apreciar sus habilidades, creo que hoy
lo recuerdo con un aire épico en el que una persona igual que yo, lejos de las
musas o heroínas de cualquier panteón, lograba convertir con sus manos carnales
la realidad que tenía en frente en algo simplemente hermoso, desde sus primeros
trazos encontré en ella una habilidad para extraer del mundo lo mejor posible y
hacerlo presente en ilustraciones excelsas, durante mucho tiempo medité en la
mecánica de ello y no pude descifrar más que la clave debía residir en su percepción,
ella no era solo alguien distinto a todos, sino que ella hacía distintos y
especiales a todos los demás. Ella nunca pretendió hacerse de la belleza como
un accesorio propio, sino como una constante que en el mundo flotaba con
libertad y que participaba en cada ser, desde el más pequeño hasta el más
grande, desde el más activo hasta el más discreto, cada individuo y cada plano
tenía que ser agradecido conocer, ella fue para mí la persona que me enseñó a
apreciar y agradecer al mundo que me rodeaba. Yo confieso que venía de un mundo
viciado, en el que el reconocimiento era lo único que definía a alguien y el
poder radicaba en la dependencia entre individuos más que en sus voluntades.
Ella fue la primera en mencionarme sobre la necesidad del perdón y la
aceptación de las cosas que no nos favorecían, ella siempre inició sus
discursos con una mirada sobria y una sonrisa apuntando a que entre todos los
defectos era menester agradecer y defender al mundo solo por el hecho de ser.
El tiempo ha pasado y hoy acepto que no logré asimilar por
completo esa filosofía, la historia no siempre fue favorable conmigo y no pude
superar mis derrotas, por ello me cuesta trabajo hoy entender la belleza de momento
s que definí como tragedias y que ella solo me pidió comprender, pero si bien
ella resultó para mí significar más que una maestra, haya sido para mí un
ejemplo o un ideal, la única manera legítima en que puedo festejarla es… Compartiendo
la felicidad que ella algún día me compartió.
Ella era una persona muy aguda al rescatar las virtudes de
las personas, su tolerancia muchas veces representaba la fortaleza en la que
creí para conocer a personas que en un inicio no consideraba benéficas para mi
desarrollo, es decir, ella me enseñó a escuchar a los demás y así pude tener
amigos, me enseñó a quererlos y dejarme querer, me enseñó a escuchar a otros y
así poder aprender de ellos no solo lo que me convenía, sino también encontrar
en sus problemas y defectos los motivos de mis futuras luchas, ella lejos de
enseñarme lo que era el placer de disfrutar del cariño ajeno, me enseñó a
sentir el amor y la entrega al resto del mundo, así que si algún día una persona
me consideró un buen compañero, el agradecimiento debería ir dirigido a ella.
En el campo de la reflexión también tengo que destacar sus
citas, un pasaje muy importante se dio cuando me corrigió mi técnica de dibujo,
ella tenía talento para mostrar lo bello de las cosas mas no para inventárselas,
ella nunca maquilló a nadie, siempre fue objetiva y sincera, y me pidió dibujar
lo que veía y no lo que creía ver, años después esta frase me ayudó a decidirme
por una carrera en la que la verdad tenía preferencia ante el convencimiento,
ella sin saberlo destacó en ese momento en mi un concepto que me permitía
aceptar a los demás, lamentablemente no pude aplicarlo en mi vida cotidiana con
la congruencia ideal.
Hablando de las artes, ella fue mi inspiración para
involucrarme con la expresión plástica, la verdad en un inicio era un pretexto para
seguirla, pero con el tiempo se convirtió en un lazo entre su recuerdo y yo, mi
estilo se asemejó al suyo y a veces mis trazos son un intento por traer de
vuelta los sentimientos que tenía cuando estaba cerca de ella, hoy en día mis
dibujos son mi consuelo y recordatorio de agradecer que un día la pude conocer.
La conjunción de tolerancia, empatía y apreciación que le
heredé me acercó de nuevo al mundo, y reconozco que fue falla mía le no poder
siempre llevar a cabo el desarrollo cabal de estas creencias y muchas veces
terminar mencionando argumentos narcisistas en los que buscaba que las
situaciones me favorecieran directamente, también acepto como culpa propia las propuestas
fuera de esos ideales que pueda haber manifestado en otros textos, en realidad,
mi utopía buscaba acercarse al mundo donde el único derecho importante era,
permitirse ser como se podía ser.
Quizá su presencia en mi vida le resulte a terceros indiferente,
quizá aquellos a quienes jamás he apoyado o que nunca he compartido su lucha
consideren esto como un pasaje ajeno, pero yo tenía que compartirlo, no solo
como un homenaje, sino como una petición al mundo.
El universo no es perfecto, es una manifestación de un caos
donde los seres intentan orientarse con lo que pretenden creer como un orden, las
personas han querido manejar conceptos como “bueno” y “malo”, han querido
plantear concordancias para hablar de iguales y ajenos, hemos querido sentir
placer y dolor, hemos querido etiquetar… Entre el afán por ordenarlo todo hemos
descuidado la capacidad de disfrutar al mundo tal cual es, y ello ha orillado a
quienes lo intentan con títulos de locos y marginados, hemos inventado enemigos
y causas, y con las causas hemos inventado causas propias y contrarias, tenemos
un amplio repertorio de conceptos que nos enmarcan leyes y castigos, culpas,
remordimientos, muchos incluso han hecho que desarrolláramos una idea contraria
a vivir que es “morir”. Si alguna vez el
hombre que perece se unía a la eternidad ahora los condenamos a desaparecer…
Ella cree que las flores no se arrancan, las flores crecen y se admiran, cuando
se marchitan sirven de sustento para nuevas flores, y la vida nunca termina.
Yo confieso haber buscado erróneamente muchos años su flor
favorita, yo quería encontrar algo tangible que pudiera poseer como símbolo de
mi perseverancia, y su flor era ni más ni menos que la representación de las buenas
acciones, obvio en mi camino yo olvidé ayudar a otros y en consecuencia nunca
pude sembrar una de ellas.
Todo esto es porque… En nuestras vidas podremos encontrar a
una persona como ella, sino que piense parecido, si una persona que nos haga
pensar. Alguien que nos enseña a amar no para ser apreciada, sino para que seamos
felices, por eso para mí hoy es como navidad, no porque naciera una mesías,
sino porque nació una persona común y corriente, con defectos y virtudes
humanas, que me enseñó a recapacitar y a aprender de mis equivocaciones,
alguien que con humildad me mostró el mundo que no quería ver, un mundo donde
la voluntad es lo que hace bello y satisfactorio un acto. Un día como hoy, un
día que puede ser cualquiera, nació, nace y nacerán personas como ella,
personas que me hacen creer en un mañana, porque si ella es producto de este
mundo, entonces todo el mundo a su vez merece mi gratitud, por eso… Solo puedo
celebrarla haciendo mención a ella, a su mundo, y compartiendo la felicidad que
pude experimentar tras conocerla.
Gracias Sonia, por ser.