miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Arcángel no pelea solo más.

Episodio 47: La verdad
El Arcángel se desploma y pareciera que su cuerpo se erosiona para después desvanecerse, si no fuera porque se las lágrimas se le evaporan del rostro, ya tendría las mejillas empapadas. Entre el veneno melancólico que además de reducir sus fuerzas físicas reduce su espíritu, entre las palabras de Damián y entre que en los último meses solo ha extrañado a su querida sin salir a buscarla, Abraham está siendo derrotado.
Es sujetado por una persona cubierta de brillo, esta se aferra a él primero con una mano, cuando siente su peso aumentado decide sujetarlo con ambas. La caída en la nada se suaviza y de pronto deja de ser arrojado para ser colocado en el piso, la persona le aísla del corrosivo ataque de Damián cubriéndolo con una burbuja, ella fuera de esta de pronto es rasgada por el rayo destructor pero en el interior Abraham no sufre más. Así lo abrasa dejando como separación la cubierta que lo protege, mira su tristeza y por fuera de la burbuja le acaricia a la altura del rostro, ella no pone atención al daño que sufre al quedar expuesta fuera de la protección, y no le importa, lo importante era salvar a Abraham.
-Despierta, sé que aún no te ha derrotado- Sonia le habla dulcemente al oído al joven que protege.
Así, bañada en un fulgor claro y con apariencia tranquila Sonia se hace presente como si se tratara de un espíritu guardián.
-Anda Abraham, aún te necesitan las personas… no te levantes para salvarlos si no quieres, pero ellos te necesitan, te necesitan porque te quieren- La chica le habla de muy cerca y entristece un poco-. Abraham, tú sabes la verdad, siempre la supiste, siempre supiste que yo amé a otro. Y… Seguiste a mi lado, sabes que la gente jamás te reconocerá si sigues tus ideales, lo mismo pasó cuando eras niño y no te querían por ser diferente, y aún así los sigues cuidando.
Sonia lo abrasa y aprieta, Abraham siente el calor sin embargo aún no puede responder.
Siempre sonreías al caminar, saludando a todos los que te llamaban, te sentabas a vigilar el orden en ese silencio en el que te tuviste que esconder, pasabas esas noches procurando que otros tuviéramos un día más. Siempre te entregaste a otros, siempre te me entregaste; contento, triste, enojado. Solo eras tú, supiste darlo todo con pros y contras, y así yo también te quise- hablándole al oído insistiendo en que la escuche-. Me inspirabas, en serio, aun cuando no eras el Arcángel te admiraba porque hablabas sinceramente, porque mostraste que sabías querer, porque tú compartiste todo. Gracias Abraham, ni en diez años podré decirte cuanto me gustó estar contigo.
Sonia muestra algunas lágrimas y sin limpiarlas besa sobre la protección a Abraham cerca de la boca.
Sé que no es un beso como el que quisiste, en verdad, lamento no poder haber sido una novia para ti, no sé qué le veo a ese tipo, en fin, no sé, solo espero que me creas que siempre estarás en mi corazón, y que siempre serás el mejor.
Nunca podrá Abraham explicar si fue su profundo deseo de saberse querido lo que le causó una alucinación trayéndole una vez más la posibilidad de encontrarse con su amada, o si en verdad hubo una manifestación paranormal, lo que sí se sabe es que aunque breve, esta fue muy oportuna.
Su cuerpo pierde la protección y es cubierto de nuevo por el ataque de su amigo, como una inmensa punta de taladro esta agranda el cráter donde se hacía la víctima, Damián intensifica su fuerza haciendo retumbar todo lo no tan cercanos. De pronto y de modo ascendente se abulta la columna formada con el ataque y se nota que algo asciende por dentro de ella, en el recorrido se ven rupturas que esta anormalidad va dejando y como si hubiera una fuga de energía, pequeños rayos salen dispersos, la presión de estos aumentan y a Damián le evitan poderlo controlar, así sin más remedio termina por estallar el rayo en su propio eje. Como un globo que se esfuma tras explotar este ataque también se disuelve dejando un rastro de la forma que tenía y casi al llegar a las manos de su creador ese rastro es arañado por el gancho que tira un Abraham que logró cruzar en sentido contrario la columna con un salto.
El golpe no es tan fuerte y apenas toca las manos de su blanco, Abraham sonriendo y completamente maltrecho muestra rasgos contradictorios y complementarios. Sus párpados livianos caen y median la mirada que aunque exhausta, revela la voluntad de seguir en la batalla.
Damián enfurece al ver que no aniquiló a su presa y eleva su campo de energía para expulsar al Arcángel, en un instante se forma la ya conocida barrera luminosa que rodea al muchacho, Abraham que tiene un mínimo contacto y está por caer abre su puño para formar una pequeña esfera de energía, cuando esta es tocada por la barrera de Damián en lugar de empujarla es absorbida, esto no ocurre con Abraham que de inmediato es repelido y se estrella en el piso cerca del hoyo formado en el movimiento anterior.
La pequeña bomba que Abraham logró dentro del campo de su compañero estalla y el mismo campo no deja salir la explosión, de noche esa esfera que rodea a Damián se prende como si fuera un sol blanco que hace el día de nuevo, y del mismo modo que un sol se eclipsa y desaparece.
Y así, flotando en el aire con heridas el antihéroe aumenta si furia, sin cambiar el gesto de enojo se vuelve a curar y se proyecta contra Abraham rápidamente.
El joven lo recibe como en los mejores momentos, ellos nunca se han recibido con brazos abiertos y en cambio varias veces ha sido con golpes.
-Siempre serás un perdedor, no te aferres a esta batalla que tienes perdida- Damián ve al contrario como si fuera en cámara lenta, y se anticipa a los movimientos, aunque no resulta ser lo suficiente-. Siempre tendrás miedo de perder más aunque no te quede nada, no eres valiente, eres un niño asustado.
-Te equivocas, quizá es muy poderoso el ataque de un hombre que no teme a morir ni tiene nada que perder- se torna más decidida su forma de encarar a su amigo, aunque ahora los dos son superhombres, sus movimientos son los de siempre-. Y no lo pienso igualar, yo voy a superar eso.
Abraham logra esquivar unas esferas implosivas y Damián bloquea a su vez dos patadas que parecían ser efectivas.
-¿Qué te pasa, es ese el límite de un dios?- Abraham comienza a provocar a su oponente-. Tuviste que combinar las técnicas de los otros rollos y copiarme mi golpe de percusión, no eres nada creativo, no eres el genio de las artes marciales que decías.
-¡Calla!- Logra acertar en el pecho de Abraham arrojándolo muy lejos-. Soy mucho mejor que tú, y me prefirió tu chava, y lo sabes.
Abraham con el pecho casi destrozado se levanta fingiendo que no siente dolor, por el contrario, se sacude la ropa que ya de por si se compone e harapos.
-Seguro te estás cansando porque hace rato golpeabas más fuerte.
Damián no soporta oír eso y prepara entre manos una gran descarga de rayos, no se tratan de otra cosa que su ira materializada, los rayos crecen sin dirección fija y en el centro se concentra una pequeña esfera oscura.
-Ahora aprenderás- Damián está por lanzar una verdadera carta final.
-Genial, logré desconcentrarle- Abraham sabe ahora sobre los alcances de su oponente e intuye que él se adelanta a su movimientos, por ello era necesario distraerlo, del mismo modo sabe que ahora la siguiente técnica resultará más poderosa que todas las usadas, después de esta reflexión genera sus imágenes y se lanza contra él, al unísono se escuchan sus palabras-. ¡Yo te enseñaré a ti!
Los rayos que danzan rodeando la técnica oscura en sus alargues y movimientos eliminan barriendo a las imágenes falsas, otras esquivan sin llegar a estar completamente cerca de Damián.
-Como dije, un perdedor, puedo ver cuáles son tus creaciones, no me vengas con eso- se queda sosteniendo con la mano izquierda su técnica y con la derecha guía los rayos que sin virar se dirigen exactos al Abraham que corría escondido por sus sombras, logra atravesar la parte superior del hombro derecho, su costado izquierdo y la mano izquierda por el centro deteniéndolo.
Abraham grita fuertemente del dolor y Damián empuja con la mano izquierda la esfera oscura que se guía con los rayos que atraparan a Abraham. En ese instante el chico aprisionado clava una mirada profunda en Damián y discretamente el regala una sorpresa, debajo del piso donde está de pie Damián, se iluminan trozos de los que salen ráfagas de réquiem que logró dirigir de modo subterráneo mientras usaba las ilusiones como distracción, esto interrumpe el castigo que Damián planeaba ocupar y se pierde entre la sorpresa de su amigo.
De nuevo las sombras se contrastan por el brillo que las forma, Abraham nota un fenómeno extraño y es porque siete luces menores parpadean en el pecho de Damián, es cuando lo entiende.
-Ese brillo es como el de Sonia cuando se liberó del rollo con el réquiem, seguramente se ha debilitado su conexión con Damián pro que al fin le acerté y él no está concentrado, seguramente no está del todo sincronizado su poder con él.
Abraham no duda ni un poco más y con la mano sana apunta un réquiem más al pecho contrario le llama la atención del brillo morado y es al que apunta. La saeta luminosa corta el aire y acierta, atravesando hasta la espalda de Damián. Una pequeña piedra amatista sale disparada y Damián comienza a perder la forma de su transformación actual, su aspecto e increíbles poderes funcionaban de modo exagerado por que poseía los siete sellos de perfección como un único poder, ahora que se ha separado el quinto sello se volverá inestable su energía.
Abraham se libera y corre para ganarle a Damián la carrera por el quinto sello, cuando pasa a su lado Damián hace un intento por voltear y seguirlo, al verse superado intenta de nuevo lanzar la esfera oscura que anteriormente fue frustrada, y en esta ocasión no logra formarla, empero uno de los rayos que al guían sale tras Abraham, este cuando alcanza la piedra la toma y al voltear ve cercana a su cara este rayo que ya ah experimentado, intenta ladearse pero ya es tarde.
Damián derriba a Abraham sin hacerle soltar la piedra, la luz oscura alcanzó a rosar el lado izquierdo de la cara del Arcángel, esa mascara que incluso un día defendió su mejor amigo ahora está rota del lado derecho y su ojo no luce nada sano, aún así Abraham se aferra a la piedra que un día poseyera Sonia, la admira y en ella se puede reflejar, siente humedecer rápido parte del cuerpo y se marea, está perdiendo sangre más rápido que en otras veces, además ha perdido la visión de su ojo diestro.
Abraham ve reincorporarse a Damián quien ha perdido su mirada especial y la capacidad de regenerarse.
-Si hay algo más peligroso que alguien que no teme a morir- Abraham aprieta la pequeña piedra que se baña en rojo-. Es más fuerte un hombre que aunque sepa que morirá, conserva la ilusión de vivir.
El aire se lleva poco a poco el polvo de la pelea y los dos chicos dañados en extremo intercambian motivos para ser odiado por el otro.
Damián ha sido herido en el orgullo por volver a la imperfección, y Abraham ha contrarrestado el veneno de Accuma gracias a la visión de Sonia, ahora ha vuelto a creer en sus motivos y no piensa rendirse.

sábado, 25 de septiembre de 2010

El final está cerca

Episodio 46: Lo que existió
Se trata de un misterioso veneno, a diferencia de otros este no circula en la sangre ni destruye las células o daña los organismos de modo cotidiano, no, este veneno es producido por el séptimo rollo y por ende el más fuerte. Y como la naturaleza de la fuente indica, se trata de un veneno que ataca al espíritu de quien lo recibe, no obstante están las palabras de Paracelso… “Todo es veneno, nada es veneno, la dosis hace al veneno”.
Accuma implantó una dosis de energía negativa que hacía a Abraham más débil, sin embargo Abraham poseía la voluntad para contrarrestarlo, luego Damián supo cómo hacerlo flaquear y la dosis de esa energía llamada melancolía comenzó a destruir la energía vital del encapuchado.
El duelo es literalmente explosivo, ambos ceden un instante y contemplan el equilibrio en sus fuerzas, Damián se truena los dedos de los puños y el cuello, después del crujir deliberadamente ilumina su cuerpo que se restaura. Por otra parte Abraham no posee un modo de regeneración, de hecho siente que se debilita.
-Tu manejo de esta energía es mediocre, se nota que con poder asustar unos cuantos ladronzuelos con eso era suficiente para ti, eso explica porque se te complicaba derrotar a los guerreros de los rollos- el maligno estirando un poco.
-Eres un engreído, solo hablas así porque tienes esas habilidades ahora, no siempre pensaste así- el Arcángel enfurece.
-Ahora veo las cosas de un modo superior, mis pensamientos evolucionaron, sin embargo tú… Sigues estancado.
-¡Evolucionar no significa aniquilar a los demás!- el paladín intenta elevar su fuerza.
-Estás equivocado- Damián expande una onda de energía oscura que después se reduce y con ella otras ondas que hacen cambiar el tono de todo a un color cobrizo- El evolucionar implica el dejar atrás todos los defectos anteriores, defectos como tu tonta caridad mal enfocada, tú no lo haces pro justicia, lo haces por quedar bien.
-Yo peleo porque amo a la gente, por eso peleo con quien es malo y no con quien es bueno.
-¿Y yo soy malo?
-Tú, tú no eres malo, eres como yo, como Jesús y como ella.
Damián en cuanto escucha esto se transporta cerca de Abraham, cruza su mirada con él y de su palma derecha deja salir un delgado haz de luz que atraviesa el hombro izquierdo del Arcángel.
-¿Eres tan tonto que me comparas con esos insectos?- levanta su tono de voz y simultáneamente ese haz de su palma gira como un taladro haciendo gritar a Abraham, después lo retira suavemente y los desvanece.

Son las sonrisas que no volverán, ese perfume que extraña el muchacho de la mirada alegre, todo ese pasado a lado de sus amigos, los amigos de ella y a lado de ella. Por un instante tantos recuerdos le bombardean a Abraham, todos le hacen pensar que lo que fue y que duró poco era un especie de milagro.
El recuerdo más insistente es del día que Sonia lo visitó en el dogo para ver su entrenamiento, ese día los instructores creyeron curioso la posibilidad de practicar combates con público, como era de esperarse en un acto de juego asignaron a Abraham como el sparring común, y el primero en pasar a lucirse era Damián.
En un inicio el joven también consideró sumamente gracioso el golpear a su amigo frente a su novia, por ello comenzó con todo tipo de técnicas avanzadas, el otro muchacho solo las esquivaba y parecía que huía.
-¡No seas cobarde, encáralo!- Arturo en plan de broma provoca a Abraham.
-Está bien, puedes atacar- siguiendo el juego un instructor da la orden al sparring.
Damián acababa de acertar con un golpe muy preciso en el hombro de su amigo, esto hace que Abraham vacile y retroceda aunque no le ayuda mucho ya que Damián avanza prácticamente siguiendo sus huellas. Al llegar al límite de la arena de combate Abraham logra barrer a su compañero para que resbale y él poder reingresar al centro del campo. Los instructores sonrientes le indican a Arturo y a otros dos chicos que entren para dificultar el trabajo, cuando ellos se alistan Damián los fulmina con una mirada la cual es fácil de interpretar… -Nadie se meta-.
Es cuando los rivales chocan con todo; las espinillas, brazos, filos de las manos y partes internas de sus extremidades se impactan violentamente hasta que Damián con uno de sus codos derriba a Abraham que al caer de espaldas recuerda que está siendo observado por la niña a la que quiere, sin darse tiempo de caer se reincorpora con un giro algo cómico y contraataca de modo no menos gracioso. Sus golpes no tienen una trayectoria fija y pareciera que son azarosos, incluso se podría interpretar que solo giraba los brazos.
Entre tanto movimiento Damián caza el momento para, con un golpe definitivo mandar al piso de una vez por todas a su oponente. Abraham por su parte espera un tiro exacto de parte del otro, pero Sonia lo veía y no permitiría que siguiera pensando que Damián era más fuerte.
Abraham cambia el sentido de sus golpes justo cuando Damián encuentra el hueco y le pega, ambos con el puño del otro encontrado con el propio como si fueran un espejo se quedan cansados.
Damián aplica las últimas fuerzas y con el golpe empuja a Abraham por el puño, este agotado cae con la vergüenza de ser visto, su rival exhausto intenta recobrar la respiración mientras Abraham se levanta y ve que ya no hay público más que sus compañeros del Karate.

Igual que en los entrenamientos ambos muchachos quedan en suspenso con los puños juntos y sin inmutarse, Damián de nuevo empuja a Abraham pero esta vez utiliza una descarga de energía, Abraham en el piso sonríe y se limpia la sangre de sus labios, sin que el otro de se cuenta, logró darle un golpe con el otro puño en el abdomen, poco tiempo después Damián se duele de esa zona.
-Ese día me di cuenta que no necesito que estén presentes quienes amo, con el recuerdo soy capaz de empujar mi voluntad- Abraham se reincorpora lentamente y luego se pone en guardia-. Es una de nuestras diferencias, lo que me ocurre lo hago trascendente, por eso el cariño que me dan siempre me sigue.
-Ja, eso no es bueno, sabes perfectamente que lo mismo te ocurre con tus fracasos, también los llevas siempre contigo, y lo puedo mostrar- sonriendo malévolamente-. Sonia no te quiso nunca.
Esto despierta en Abraham ese sentido de ira con el que ataca de nuevo, recordando sus lecciones del dojo repara en el golpe de percusión que les enseñaron. Consiste en regresar el golpe más rápido de lo que en un inicio fue al entrar en el oponente, este movimiento repentino genera una onda que daña desde el interior del cuerpo enemigo hacia el exterior, provocando que fuera como dar un golpe desde el interior del enemigo.
Cuando Damián recibe al menso tres de estos impactos rememora el movimiento.
-Con que estás decidido, lo noto porque en verdad tiras a dañarme, siempre eres tan compasivo con tus enemigos, me da gusto que descubres la intención de hacer daño. Ahora podré destruirte sin remordimientos.
Damián ensaya golpes similares contrayéndolos a una velocidad superior a la de entrada, aunque con la velocidad que alcanzan sus movimientos logra generar un vacío en el aire mismo.
-¿Ahora tratarás de hacer lo mismo que yo pero mejor?- Abraham se alista para otra tanda de golpes.
-No trataré, lo haré. Sabes que soy mucho mejor.
Damián con una mano extendida y apuntando a Abraham lanza pequeñas esferas luminosas, su oponente al hacerse para atrás evade el ser tocado, solo ve como se revientan cerca de él y de pronto no ocurre nada, sin embargo un instante después algo atrae a Abraham al punto donde las explosiones.
-¿Qué acabas de hacer?- Abraham consternado por el efecto extraño.
-Se trata de la nueva técnica que me inspiraste a hacer- riendo Damián-. Se trata de mi nuevo ataque implosivo.
En esta ocasión Damián lanza más esferas, algunas explotan e implotan y otras son ordinarias. Abraham las intenta evadir, no obstante las que son alteradas lo atraen a puntos explosivos donde sus daños son peores, a la vez también Damián hace ataque físicos, en medio de un completo caos Abraham apenas puede defenderse. Damián aparece y desaparece conectando golpes efectivos en el rostro, tronco y piernas de Abraham. El muchacho encapuchado eleva su energía con el afán de alejar un poco a su rival, mas no lo logra pues las esferas implosivas capturan y desaparecen estos despliegues de energía.
De pronto las cosas oscurecen y de nuevo Abraham siente helados los pies, una vez más está capturado por la técnica congeladora, de nuevo su adversario se le aparece y desaparece a tal velocidad que pareciera que es atacado por varios de ellos. Ataques variados desde cortes con cristales, pasando por verdaderas golpizas frontales y los látigos llameantes, hasta las ráfagas mixtas recién creadas. El dolor de Abraham es incontenible hasta que hace explotar su fuerza para repeler un poco la situación, la luz se hace y Damián es alejado.

Es el recuerdo de eso que quizá no vuelva a ocurrir lo que a Abraham lo empojó cuando se animó a responder a Sonia.
-Soy un tanto tonto para ser un gran líder, por ello me dedicaré a dejar de serlo- el muchacho con gran convicción le dice a su querida.
-¡Vaya!, de menos has dejado de decir que no tienes idea, ahora dime… ¿a qué te dedicarás entonces?
-Supongo que hay algo con lo que los hombres se hacen menos brutos y más conscientes de las decisiones correctas.
-Sí, se llaman mujeres- ríe un poco-. Es broma, se la respuesta, pero debes encontrarla tú, no te haré resuelto tu camino.

La noche ha caído por completo, Damián ya se comienza a hartar de no haber aniquilado a Abraham en el trascurso del ocaso, por ello piensa darle la estocada definitiva. Se eleva pro el aire y desde arriba le apunta con ambas manos.
-Esta batalla me resulta aburrida, mejor de una vez te desapareceré con todo eso que tú proteges- Damián crea en sus manos la técnica que no pensó utilizar en un combate casual, las nubes sobre él forman un espacio y los truenos resuenan, se forman diversas corrientes de aire que hielan la zona bajo él y varios kilómetros a la redonda se siente en la atmósfera una tensión eléctrica.
Al borde de sus palmas una esfera acuosa deforma la luz que la atraviesa, en el interior distintas flamas se encienden y revolucionan en distintos sentidos hasta formar rayos que deforman la esfera acuosa, algunos rayos la rompen y salen cortando el mismo firmamento, pareciera que en el aire algo puede causarle heridas de las que sangra vapor negro.
-Con esto, podré desaparecer todo lo que sea tocado. Como algún día todo crecía ante el sol como una sola cosa, todo será uno de nuevo. Todo cuanto conoces será parte de lo mismo, y no podrás verlo. Es esta la prueba final, si lo esquivas te tendrás que despedir de tu mundo, si lo recibes, también- Damián deja que se aceleren los rayos dentro de la esfera acuosa.
Abraham se sorprende en cuanto ve que esa cosa no cesa de aumentar su volumen, sin embargo él que puede sentir el poder de ello se percata que tiene un alcance que le era desconocido, ¿En verdad podría haber algo tan endemoniado como para paralizarlo?
-Sabes perfectamente que no intentaré evadirlo, defenderé este mundo porque es el mundo que ella tanto aprecia, lo ama lo suficiente como para procurar que yo sea el mejor líder de la historia y pueda regresarle la belleza que le es propia… ¡Te voy a detener Damián!
-Es cierto, antes que mueras tengo algo que decir- el éxtasis de la noticia fortalece el ataque que prepara-. Esa noche cuando fuiste a verla, esa niña ingenua y de ideas imposibles… Sonia.
-¡No hables de ella así!- Abraham también prepara su ataque réquiem para contrarrestar la amenaza de Damián, es sus palmas se alborota esa luz blanca que anteriormente eliminó los rollos y pudo regresar a la normalidad a Sonia -. ¡Ella a diferencia de ti, me enseñó a tener confianza en eso por lo que lucho!
-¿Ves cómo eres tonto?- Damián dispara una columna luminosa que rodeada de una enredadera de rayos y brillos se dirige a aquel que fue su amigo-. Ella no creía en verdad ni en eso ni en ti, ella se rindió, ¿es eso por lo que luchas, gente que no te acompañará en tu lucha?
-¡Ella no se rendiría jamás, ni ella ni yo!- Abraham también dispara la columna que detendría la explosiva técnica de Damián.
-¡Estúpido, Sonia está muerta!- empujando más su afrenta- ¡la mató su confianza en un Arcángel que resultó que no era a quien amaba!, ¿eso quieres oír?, ¡que ella prefirió morir a estar con quien no amaba!
-¡Mientes!- Abraham enfurecido y llorando aumenta el poder de su réquiem el cual al fin choca con la técnica rival- Ella me pidió a ser el mejor, ¡ella no me pediría algo que no confiaba que alcanzaría!
-¡Ella te engañó, eras su puente para acercarse a mí!, ¿Entiendes?, ¡a mí!- Damián deja de apuntar con las palmas y extiende los brazos a los costados para elevar su energía, la esfera de la que sale el rayo crece enfrente de él y solo es controlada con su poder mental-. ¡Siempre esperanzado en una causa perdida, das lástima!
El impacto es tal que se hunden un poco los pies de Abraham en el piso y fragmentos de este se elevan disolviéndose con la energía del mismo arcángel. Tras oír las palabras de Damián, el réquiem de Abraham oscurece por completo, las espirales que lo rodeaban como resultado de su giro se invierten y el muchacho presenta una cara de completa devastación, con la mirada baja que se levanta solo para apreciar a quien está por vencerle, Abraham enfoca con ese ver triste que desde que conoce a Sonia había desconocido.
-Eso que dices no puede ser cierto- El Arcángel debilitándose rápidamente afloja los brazos, Damián le sonríe acertando sus palabras e incrementando el poder de su impacto-. Eso no puede… ser la verdad.
El réquiem ahora oscuro es fácilmente atravesado por el rayo mortal de Damián, una columna que ha engrosado a cerca de tres metros de diámetro impacta a Abraham ene l pecho, el resto que sale del cuerpo lo captura como si se tratara de un tornado, el traje del Arcángel se rasga fina y violentamente, Abraham se siente caer en una oscuridad inmensa y por vez primera el paladín se siente completamente derrotado.
El rato alcanza el piso cavando un hoyo en el que se va sepultando mientras cae el arcángel caído, sin completa voluntad Abraham se va de espaldas, con los ojos cerrados y un frio mortal. Las lágrimas parecieran flotar antes de desvanecerse en el tubo de energía donde se evaporan estas y la salvación del mundo y su gente.
La diestra de Abraham se blandea un poco señalando arriba y una mano luminosa le agarra.

lunes, 20 de septiembre de 2010

justicia vs justicia

Episodio 45: Me decepcionas
El cielo desde dentro de lo que era el gimnasio de la prepa se veía rojo hace horas, en el interior Abraham enfrentaba a su ahora extinto amigo Arturo, durante el intercambio de golpes Accuma usó sus fibras llameantes para fintar y herir a Abraham, tanta facilidad tuvo el Arcángel para evadir todos los ataques que solo un golpe pudo rosarlo, uno que bien pasaba por desapercibido, pero como dijo Accuma: “La cola es al que esconde el veneno”.
Cuando Abraham llegó había una neblina rojiza. Ahora el cielo se ve claramente pues no hay edificio que los cubra y también se ve rojizo, el occidente abrasa como todos los crepúsculos una vez más al sol.

La primera mañana en que Abraham y Sonia se encontraban como novios resultó muy extraña, se hablaban menos y no se veían de frente, había sonrisas casi por cualquier comentario externo y muy pocas palabras dirigidas entre ellos.
-Ya me vas a decir, ¿verdad?- la niña se atreve a decir las primeras palabras.
-Claro… Este… ¿Decir qué?- Abraham nerviosamente se atreve a verla de frente y le acaricia el cuello de su blusa de terciopelo-. Ahora puedo responderte cualquier cosa.
-Quiero saber si…- estira el cuello con sentimiento agradable-. ¿Ya sabes cómo cumplir tus sueños?
-Mi sueño ya está realizado- Abraham sonriendo desliza el dedo un poco más abajo.
-¡Eres un tonto!- La muchacha le da una bofetada-. Sabes que te pregunto por algo importante y me sales con que ya tienes la vida resuelta, ¿Qué no serás eso que te importa?
-Sí, si lo seré- llevándose la cara a la mejilla-. Solo quería decirte algo dulce.
-Yo no necesito que me digas cosas dulces, lo que necesito es que decidas qué camino tomarás para lograr lo que te propusiste hacer- Calmándose se sienta e intenta ser más comprensiva con Abraham-. Si no me explicas qué camino vas a seguir, no sabré como voy a apoyarte.
-¿Me vas a apoyar?- esa era una idea radical en la mente de Abraham.
-Esto que empezamos no es una relación vacía como las otras, espero que en realidad te pueda ser útil- Ella baja la mirada.
-No tienes que decirlo así, digo, gracias- Intenta abrasarla-. Pero con acompañarme haces suficiente.
-¿Tú no entiendes verdad?

Damián camina con dirección a su amigo, cada paso que da no se queda marcado porque no quiere hacerlo, mas la intención ahí está, está en sus ojos oscuros y tenebrosos, está en su movimiento agresivo, está en la presión de sus puños cerrados, está en esa desilusión que tiene.
Al estar frente al Arcángel caído busca ser hiriente y le pisa la cabeza, la presión ejercida sobre esta la entierra un poco en el piso.
-La historia contará del Arcángel verdadero que venció al falso, que lo expuso y lo hundió en los infiernos- Tal presión ejerce que el piso alrededor marca un gran desnivel en el que entierra a Abraham ignorando sus lamentos, Damián que ha aprendido a volar se mantiene flotando y ve al ahora enemigo sepultado.
El Arcángel se arrastra para intentar salir, Damián se eleva más y le apunta para descargar una ráfaga de rayos que explotan en el piso levantando el polvo, su risa es malévola.
-Es una pena que no puedas defenderte, en verdad quería pelear contra el que venció a los siete rollos, el que presumía ser el heredero de una leyenda y el finalista que debía vencer en el torneo- Acelera los rayos-. Aunque me equivoqué, no eres más que ese niño llorón que como su mamá no lo quiso, necesitó a una mujer que le dijera lo que debía hacer, ¡eres un enfermo!
Abraham se apoya en cuatro puntos e intenta levantarse, cada que uno de los rayos acierta flaquea y cae. Las hirientes palabras de Damián causaron en él gran tristeza, en su mente no bastan de acercarse las palabras que ella ocupó para terminar el noviazgo, ni tampoco el día aquel que se enteró que su mejor amigo era a quien su pareja en verdad amaba.
-Todo eso, el apoyo y el aprecio… ¿Fue mentira?-Abraham recostado junta por completo su mejilla al piso, los impactos le hacen moverse por inercia de vez en cuando, eso le hace parecer un títere bailando recostado-. Seguro siempre fui el amigo de su amado, no otra cosa.
La cortina de polvo se eleva cada vez más y más, Damián claramente distingue a su víctima con ayuda de sus ojos especiales, de pronto le parecería lastimoso el cómo lo mueve, sin embargo el solo pensar que fue su amigo lo hace indignar.
-¡Muévete!- Incrementa el poder de los ataques-. Sé que puedes más, apenas comienzo.
Damián se desespera y arroja una esfera de mayor tamaño esta desgarra la espalda de Abraham, cuando Damián desciende y se encuentra con él se disipa violentamente el polvo alrededor, El joven poseído se aproxima y con levantar dos dedos hace que el cuerpo de Abraham flote hasta él, mirándolo de frente le busca su mirada.
-Siempre me pregunté: ¿Cómo es que me engañaste en un principio?, ya sabes, cuando escondiste apropiadamente todo sobre tus poderes, siempre todo lo que pasaba por tu mente era tan evidente- Damián le toma por el cuello y lo aprieta-. Esa noche el poder te eligió, ¿entiendes eso?, te eligió a ti, al tonto que lo ocuparía para pasearse de noche haciéndose famoso y tener un pretexto por ser desobligado en sus actividades. ”Soy el niño huérfano, no tengo a nadie. Sonia eres la única persona que me entiende. Damián debes apoyarme. Mírame mundo soy especial, ayudo a todos y nadie me ayuda a mí”.
Después de burlarse arroja con desprecio al muchacho el cual apenas y logra recuperar su respiración. En el suelo aparentemente no hace el intento por reintegrarse, Damián se colma y le apunta con ambas manos para mandar un ataque definitivo, detrás de él, el aire pareciera deformar el fondo, como si se creara una puerta luminosa y tenebrosa a la vez.
-Tardaste tanto tiempo en regresar, y como yo si aprovecho para hacerme más fuerte creé esta técnica, es lo que me inspiraste, tu Réquiem es una misa para muertos… Por ello decidí hacer yo toda una ópera para que los vivos vean qué les pasa a los infieles- del portal unas extrañas membranas salen y levantan de los antebrazos a Abraham poniéndolo de rodillas y de frente a su adversario-. Nunca has sufrido lo que debes.
Las manos de Damián se iluminan y forman una figura como punta de taladro, a la vez las membranas atraen a la víctima y el fondo pareciera proyectar a una velocidad increíble una serie de imágenes. Todas las escenas son hirientes para el que cae en ellas y le muestran desgracia, el objetivo es asegurarse que la persona muera sufriendo cuanto sea posible mientras Damián lo espera con esa cuchilla de luz que hará sentir cada giro lentamente. En verdad aunque dura solo un instante la ejecución, sus nuevas habilidades le han hecho poder hacer creer a quien caiga en ello que se trata de una eternidad, es de ahí que Damián consideró prudente llamarlo…
-¡Infierno!- Gritando el autoproclamado dios jala a su amigo que ve todo cuanto pudo haber pecado como superhéroe.
Damián siempre da la espalda al portal y la única sensación que tiene del dolor ajeno es por la expresión de la persona que cae en él. Como hace días pasó con Lilith que cuando fue absorbida abrió los ojos como jamás lo hubiera hecho, que si no pudo gritar era porque sus vísceras eran despedazadas al instante y no pudo si quiera tomar otra bocanada de aire para después expulsarlo, el castigo y el ejemplo son ahora para Damián las bases de la Justicia. No obstante esta vez fue distinto, la sonrisa se le borró y desaparecía el taladro de luz en medio de la desgarrada palma izquierda de Abraham que le detenía a un minúsculo instante de ser ensartado, las membranas tensas aflojaron y desaparecieron.
-Lo último con lo que me quisiste hacer sufrir fue con el recuerdo de Sonia, con los accidentes y sacrificios como Arcángel y de la vida que me perdí a causa de su poder- Abraham que al fin se sostiene en sus plantas le tira un potente derechazo a su otrora camarada para apenas hacerle girar la cabeza y dejarle el puño plantado-. Yo no estoy arrepentido de nada.
-Hablando así, y con ese movimiento… Hasta parece que fuiste un hombre- El otro joven endereza su cara y al instante desaparece las membranas y portal tras de él quebrándolos como si fueran de un cristal que disuelve sus trozos al romperse.
-Ya basta, hasta el momento no paras de quejarte de mí, y si tienes un plan para el mundo, para ser un tirano y aniquilar todo lo que las personas construyeron con llantos y esfuerzo…- se coloca en posición ofensiva-. ¡Tendrás que vencerme primero!
-Eso será muy divertido- Damián corresponde al duelo y se perfila.
-¿Sabes?, yo también me hice más fuerte estos días, y ahora mis golpes atraviesan el punto.
Damián no se percató, y cuando Abraham lo golpeó el impacto atravesó su rostro, lejos de ahí escombros que están en la dirección del golpe se desmoronan, Damián se duele de la mandíbula y entiende que la fuerza fue tal que logró impactar esos escombros atrás de él, Abraham le sonríe.
-Ahora no repararé en que seas lo que defiende lo bueno, y que está equivocado- Damián con sangre saliendo de sus labios se limpia.
Los guerreros se enfrascan en un intercambio de golpes, avanzan de nuevo acrobáticamente y se bloquean el uno al otro, las patadas no aciertan por sus saltos y agaches, los puños van y vienen e impactan entre ellos una y otra vez, de pronto se detienen cuando ambos aciertan y se golpean simultáneamente en los rostros, ambos lucen de pronto felices por poder concluir el combate que meses atrás fue interrumpido en el torneo.
-Conozco tus movimientos- Ambos dicen a la par y con una maroma inversa se distancian.
Los dos están excitados y sus cuerpos muestran una ligera tensión, no dan más de un respiro cuando Damián se lanza flotando y Abraham se defiende plantando adecuadamente sus pies. Todos los años entrenando a la par lograron sincronizarlos y su batalla es como una planeada coreografía donde ambas fuerzas conviven a la par. La velocidad es impresionante, tanto que cada que coinciden las espinillas y puños ondas destructivas lastiman más el terreno que al enemigo.
De pronto sus miradas se concentran en el otro y lanzan las esferas de energía clara y oscura respectivamente, todas se colapsan al chocar y crean entre ellos una serie de explosiones que expulsan chispas al por mayor.
-¿Tienes sed de justicia?- Damián retando al Arcángel-. Dime qué es justicia.
-Justicia es no impedir a otros que alcancen su sueño si el sueño es bueno- contesta Abraham sin bajar la guardia.
-No sabes que es bueno ni que es malo- Damián incrementando la fuerza de las agresiones.
-Malo es aquello que atenta contra la vida- Abraham seguro de sus palabras-. Lo bueno trasciende porque fomenta la vida, y aunque todos mueren… La vida sigue, es común a todos y es el rastro de eternidad de lo que existió.
El muchacho que un día tuvo una mirada triste ahora la cambió por una retadora al mismo tiempo. Defiende con cada respiro ignorando que el veneno de su oponente anterior ya ha comenzado a corroerle por dentro.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Abraham vs Damián, comienza el duelo predestinado.

Episodio 44: Ella te detiene
-Quiero vencer a Dios, él hizo todo cuanto hay en seis días y descansó el séptimo- Damián hace elevarse el polvo cercano a él, su expresión es endemoniada y parece que la negativa de Abraham le causa más que decepción, ira-. Yo haré de este un mundo mejor todos los días, no habrá cabida para gente como tú, que dedica tiempo a descansar.
Abraham agachado se cubre el rostro para evitar algunas piedrecillas que vuelan por el aire, no le agrada para nada lo que está escuchando decir a su amigo.
-Seguramente se le ha subido el poder a la cabeza -Piensa él-. Pero… ¿Yo vencer a Damián?
Desde que iniciaron sus estudios juntos así como sus entrenamientos de karate, Damián siempre destacó sobre su compañero en cada aspecto, incluso cuando ambos no buscaban buenas calificaciones sino demostrar su inteligencia. En lo físico y lo intelectual, en lo superficial y en lo profundo, en cada partida de ajedrez, cada reta de videojuegos, incluso en el ganarse el aprecio de la chica. Solamente en los juegos de azar Abraham lograba la victoria.
-Si hubieras entrenado más en lugar de perder el tiempo con Sonia, ahora seguro tu poder sería mayor que el mío, nunca entendí por qué pasabas tiempo a su lado en lugar de perfeccionarte como un ángel- se relaja aunque no se nota disminución en su fuerza-. La historia cuenta que hubo un ángel hermoso, con cualidades que ninguno otro poseía.
-¡Blasfemo!- Abraham le reclama aun cuando no es creyente de esas cosas, irónico aún más cuando ha visto de frente a seres fantásticos, incluso su naturaleza misma es prueba insuficiente para él cuando se obstina en que todo tiene una explicación racional.
-Un día este ángel se levantó en soberbia y… entonces- Ignorando el reclamo de su amigo-. Quiso presumirles a los hombres su superioridad, dijo que él podría salvarlos de todo mal, quiso ser amado por sus actos y sentirse a ratos un humano y a ratos algo mejor.
Damián hace que debajo de los pies de Abraham crezcan columnas cristalinas que aprisionan pies y manos del paladín, mientras continua con su historia.
-Era un falso, negaba su destino superior y calló en tentaciones de gente común: ¡Una mujer! -Le sonríe-. Un día, alguien que en verdad quería hacer algo por sus iguales vio la oportunidad de liberarlos, no lo dudó y se convirtió en el ser que derrotaría a “La Bestia”.
-¡Damián, el poder te ha enloquecido, estás diciendo sandeces!
-¡Tú eres el sandez!- señalando con un dedo a su amigo-. Tuviste tu oportunidad para salvar al mundo de verdad, y no consentirle sus necedades, y lo dejaste pasar por estar al lado de alguien que jamás te va a querer.
De inmediato Abraham baja la mirada.

-¿Entonces?- Sonia se levanta del pasto y ofrece su mano a Abraham que la ve desde abajo-. Te animo a que encuentres el sentido para que alcances ese sueño.
-Quizá deba dedicarme primero a ver qué necesita la gente para podérselo dar.
-Y vuelve la mula al trigo, tú lo que quieres es pelear ¿verdad?
-Si es por la justicia.
-Y supongo es justo que todos tengan lo que quieren.
-Si lo merecen.
-Eso es falso, todos merecen morir, ¿los matarás?
-Todos moriremos después de algún tiempo, quizá lo justo sería dejar las cosas como están.
-Entonces deja que se sigan matando.
-Mmm, eso es radical, creo que tengo que pensar en qué es lo justo.
-Lo justo sería que fuéramos a clase, ya es hora – le vuelve a extender la mano.
-Es cierto- le acepta la ayuda y se levanta, ya cuando la ve de frente se humedece los labios-. Creo que eres muy bonita.

El terreno quedó plano, más de la mitad de la preparatoria está destruida y Damián sigue enojado, Abraham deprimido cuelga en su postura atrapada por el hielo oscuro.
-Sonia si me quería, ella sabía querer a su modo- Dice el muchacho al borde de las lágrimas.
-No te quería como tú quieres, decídete, si las cosas están bien como están, ¿Por qué te quejas tanto?, luego vienes llorando porque te dejó… ¡Ya déjala ir!- Damián sigue enojándose.
-No entiendes lo que es querer a alguien, si quieres que haga lo que busca, es solo que duele su ausencia.
-A ver qué te duele más.
Damián inmediatamente propina una serie de golpes a Abraham que sin poder defenderse le rebota la cabeza como una pera de box. Damián lo mira y ve que no ha cambiado su semblante derrotista, Abraham deja caer la primera lágrima.
-No pude lograr que se quedara a mi lado, tampoco pude salvarte, debo ser el peor amigo del mundo, seguramente fue eso lo que la alejó más.
Esto enoja más a Damián y prosigue con golpearlo más, el tronco de Abraham se blande hacia atrás y colgando cada vez recibe más daño. Así hasta que Damián termina por reventar las bases cristalizadas y en el último golpe hace que Abraham se eleve y caiga a una considerable distancia.
-Te tengo que matar ahora, eres un inútil y no eres rival para mí, pero no puedo dejarte vivo, porque en un momento dado querrás detenerme y ya en camino no perderé el tiempo con un llorón como tú, mejor te enviaré con ella.
-¿A qué te refieres?- Abraham ignora por completo lo que ocurrió con Sonia después de su visita en el hospital.
-Ja, es cierto, quedamos que nadie te diría- Le apunta y forma una esfera luminosa-. Está bien esta es tu última oportunidad para cambiar de opinión… Te propones cambiar al mundo a mi lado, o serás destruido aquí ahora mismo.
La esfera de Damián crece amenazadoramente y Abraham se reincorpora con un veloz movimiento. Dejando a un lado si se siente lastimado, o cansado tras pelear con Arturo, el paladín con una certera zancada se aproxima a la esfera de energía creciente, entonces… Acierta un golpe que pareciera cuartearla, Damián que tiene una percepción cronológica distinta ve el acto en cámara lenta, más no lo suficiente para esquivar el impacto.
Como si los límites del ataque del autoproclamado salvador fueran de cristal, la esfera se revienta y entre ella pasa el puño de Abraham como saeta. Es entonces que Damián logra esquivar por casi nada la agresión que iba al rostro, es consolador para él saber que no recibió de lleno el golpe, sobre todo después de salir expulsado por una explosión en el punto en el que sería el impacto.
Tras rodar por poco lapso su ego es sumamente ofendido,- ¿Cómo pudo la marioneta de Sonia obligarlo a esquivar?-, o peor aún, mayor claridad no hubo en la respuesta de Abraham ante su oferta. Ahora confirma que está solo en la empresa, y tendrá que eliminarlo.
-Siempre has sido un tonto que no sabe cuál es el camino correcto- Damián se levanta con soberbia-. Todo el ejército completo de Mateo no solo no podía hacerme vacilar, sino que incluso no necesitaba prestarle atención a ningún elemento, quizá solo la chica me llamaba la atención.
Abraham con el puño aún levantado y en la posición última de su embestida tiembla, es la repercusión de uno de los golpes más fuertes que puede dar, sudor frio y un calambre en el brazo le hacen pensar que algo fuera de lo cotidiano ocurre, aunque no es cotidiano que tire un golpe tan decidido, en definitiva algo le pasa.
-¿Será que el romper la esfera luminosa requirió un esfuerzo extra?- es la duda al ver que no fue tan estruendoso su resultado.
-Te veo y no lo creo, ¿fue muy fuerte para ti el intentar golpearme?, si es así lo que sigue está fuera de tus límites- Damián presume su entereza.
-¡No te daré el gusto de continuar con tu empeño!, pase lo que pase te detendré.
Así inicia la serie de ataques y contraataques, en un principio son golpes cuerpo a cuerpo, Abraham intenta y cada vez es esquivado o detenido. Damián se ve sereno y sonriente por cada vez que evita a su amigo.
-Te conozco, es más, esos movimientos tuyos, yo te los enseñé.
-Mi poder no radica en lo que según tu me hace un superhombre- Abraham se crea un par de imágenes que sujetándolo de los antebrazos lo apoyan para acertar una patada en el pecho de su amigo, sin embargo este captura los pies con ambas manos, al sentirse aprisionado sus imágenes lo giran violentamente y desaparecen, el giro veloz hace que Damián también gire en el aire cayendo con una pose defensiva-. También radica en dar sorpresas.
Ambos se enfrentan y con vueltas de carro pelean en encuentros horizontales, en distintos intentos uno hace pro barrer al otro y este lo intenta acertar con una patada, de pronto parece que se leen los movimientos y consideran que el desempate se dará por la velocidad de las ejecuciones.
-Estos dos años me has vencido siempre, y nunca me he rendido para intentarlo de nuevo- Abraham intenta con ambos puños atinarle al pecho.
-Esta vez es distinto, al terminar contigo nunca más te levantarás- Damián logra capturar los puños.
Ejerciendo una fuerza para torcerle las muñecas, Damián doblega a Abraham que al apoyar una rodilla en el piso se hace blanco directo de un par de patadas, una da en su costado y la otra ascendente le hace dar un salto de espaldas.
-No superabas la fuerza de aquel toro que te buscó en el partido, esa fortaleza es mayor ahora que tengo las de los siete sellos combinados- ríe un poco para después al golpear el piso con su pie derecho y congelar una pista que se extiende debajo de Abraham-. No podrás dañarme de ningún modo.
Abraham resbala al intentar reincorporarse, Damián se mofa y ejerce más fuerza sobre el piso. En ese momento para Abraham todo oscurece, no distingue en lo absoluto por uno segundos, apenas ve un destello y Damián aparece y desaparece en varios puntos, cuando las imágenes cesan De cada uno de esos lugares unas ráfagas de cristales negros le hieren muy rápido, hacen incluso que el Arcángel de giros en su eje para caer de nuevo, apenas y sentado intenta apoyarse cuando un círculo brilla a su alrededor. Con una expresión de miedo el héroe se lleva las manos al rostro, el círculo aumenta su fulgor y los látigos llameantes reaparecen como un tornado que lo coloca en su centro. Las cosas se aclaran y Abraham cae de rodillas boca abajo.
-¿En serio eres tan débil?- Damián se lleva glorioso las manos a la cintura-. Con solo mover un poco los dedos te he vencido, siempre me decepcionas.
Abraham tiñe de escarlata el piso.

martes, 14 de septiembre de 2010

Por todo el poder

Episodio 43: Tanto tiempo
Los látigos llameantes se arremolinan a varios metros a la redonda destruyendo todo cuanto se encuentre al paso. El torbellino negro enmarca con manchas oscuras la visión entre Abraham y Damián, las flamas que arrastran de cada trazo se disuelve en el aire como las gotas de tinta cuando caen en agua y desaparecen, alrededor se despeja un llano de gran tamaño y en medida que las flamas se expanden van desapareciendo dejando en el centro a los amigos.
-¿Qué te pasó?- Abraham incómodamente mira a su amigo con suma extrañeza.
-¿No te gusta?- Damián le presume su aspecto-. Mi traje es más elegante, solo a ti se te ocurre usar blanco y plateado, se ve tan gay.
-¿Estás loco?- alterado el Arcángel comienza a mover los brazos con prisa-. Acabas de matar a Arturo.
-¡Cálmate!, haces demasiado ruido pro tan poco- se transporta a solo unos pasos de su amigo y con el susto lo hace caer de sentón-. ¿Te gustan mis poderes?
Abraham queda sorprendido pero dentro de su rápido entender logra vislumbrar lo ocurrido -Han ocupado a Damián para usar el poder simultaneo de los rollos, no puede ser de otro modo… Usó una técnica idéntica a la de Accuma y lo congeló como lo hicieron en su momento las gemelas- . Además ese movimiento de tele transportación le trae a su memoria el modo en que se movía Jesús.
-No lo maté, solo terminé de absorber lo que le restaba de mi poder, no dejaría que lo malgastara si al final no te vencería.
-¿Tu poder?, hablas muy raro.
-Mmm, imaginé que podrías intuir lo que ocurrió, pero dado que eres una persona que siempre necesita una explicación te diré lo que ocurrió, primeramente debo agradecer a tu niña rara el hecho que me señalara como el Arcángel, porque aunque me desagrada que me confundan contigo, por ello fue que me dieron esta fuerza.
Así Damián explica rápidamente lo ocurrido en SPTTRO, el proceso de conversión y sobre un trato con Arturo donde le permitiría pelear antes con Abraham.
-¿Qué te pasa?, no debiste dejar que Arturo peleara conmigo así, pude haberlo destruido.
-Hubiera sido más divertido si así lo hicieras, pero no, tenías que salir con que es tu amigo- en tono burlón.
-Debemos darnos prisa, quédate quieto para que te exorcice los rollos y podamos llevar a Arturo al médico.
-¿Crees que allané todo esto para nada?, en verdad eres estúpido.
Abraham en verdad no quiere ver lo evidente, un bloqueo mental voluntario quiere evitar el choque con su amigo.
-Damián, ¿qué más pasó en ese lugar?- El chicuelo tristemente se prepara psicológicamente para oír lo que no le ha sido contado.
-¿Para qué te lo cuento?, mejor vívelo- Damián eleva su energía y un vapor oscuro envuelve todo como si anocheciera.
….
En las tinieblas se vislumbra Abraham como solitario testigo ante las figuras de los únicos en pie después de la masacre que Damián hizo con los guerreros de SPTTRO. Lilith con la guardia alta y sumamente lastimada está por caer derrotada.
-¿Por qué no pude retirarte el poder?, es demasiado para ti.
-Tu trampa para robarme el poder funcionaba con la mitad que tengo de… Ángel, o de seres de tu naturaleza según te he comprendido- estalla en risas-. Pero te equivocaste de sujeto.
-¿De qué hablas?- completamente asustada la antes señora de SPTTRO.
-Se guiaron por las tontas deducciones de una niña confundida, es increíble como para ser seres sobrehumanos pudieron caer en semejantes fallas- Su risa provoca también aumento en su musculatura notoria, así como en un semblante cada vez más agresivo-. No soy el Arcángel.
-No puede ser, todo nos dirigía a ti.
-¿Tú supervisaste que jamás le perdieran de vista a tu objetivo?
-Esa niña, me puso una trampa- recuerda Lilith a Bell y los últimos instantes en que ella le sonreía, era evidente que ella le guardaba una sorpresa.
Bell ocupó a SPTTRO no para acercarse a Abraham, ella sabía perfectamente cómo llegar a él, sin embargo siempre fue una amenaza fuerte que otros lo buscaran también de modo que tenía que sacarlos de la jugada, al averiguar sobre los experimentos de Lilith, se percató que si ocupaban a un humano sin la doble naturaleza para usarlo como el portador de los siete sellos, entonces no podrían retirarle el poder y usarlo ellos a su vez.
La idea de hacer al Arcángel aún más poderoso tampoco le beneficiaba, pues quizá no podría manipularlo para sus intereses. Por ello encontró como solución convencer a Arturo de entregar a Damián a cambio de su venganza contra Abraham, de ese modo se aseguraría de abrir los rollos por completo sin correr el riesgo de entregarles al Arcángel como arma a los contrincantes , sobre todo cuando ella planea usarlo para otra cosa.
Ahora Lilith se comprende como perdida, el poder que Damián tiene no podrá ser arrebatado de ningún modo, y él solo fue capaz de exterminar a su ejército completo con un simple movimiento, y lo peor, su actual enemigo no está dispuesto a negociar.
-Podríamos hacer un mundo perfecto, sin todos los defectos del actual- lastimosamente la mujer ruega-. Paz completa y orden.
-No apoyo sus objetivos, mucho menos cuando sigues a un líder que no se presenta, admítelo, él no quiere más que poder.
-Eso es falso, tú crees eso porque eres un humano imperfecto y ambicioso, que haría eso si pudiera, mi Señor Mateo es el nuevo orden.
-Así que se llama Mateo, El grandísimo farsante que quiere una guerra total- se voltea y da la espalda a Lilith-. Es una fortuna que haya sido yo quien estuviera aquí en vez de Abraham. Seguramente a él pudieron haberlo convencido, incluso con solo secuestrar a la niña extraña hubieran conseguido su colaboración, ¿y así se hacen llamar perfectos?
-Dime… ¿No considerarías la posibilidad de mejorar el mundo?
-Claro, que concuerdo con que es una basura, que merecen castigo todos y cada uno de los individuos de él por ser mediocres, por engañarse y seguramente necesitan de alguien que los guie al camino de su completa realización. En realidad no me importan, después de todo son sus problemas, aunque… La idea de ser un dios.
Abraham no puede creer lo que escucha decir a su amigo, el hombre que como él salió a defender a los débiles, ahora plantea la posibilidad de imperar sobre todo lo existente, intenta moverse, pero dentro de la ilusión no le resta más que seguir apreciando.
-Yo solo puedo poner orden en el mundo, alejado de las ambiciones de seres como tu líder, soy la única salvación justa y es notable como supero las capacidades de ustedes, así que decídete ahora, o estás conmigo o representas una amenaza para mi nuevo orden.
Abraham sabía que si una persona era capaz de controlar a un demonio como Ramadán, a Bell o a un ejército de espectros completo, tenía que ser un ser temiblemente poderoso, si Lilith fue capaz de hacerlo siempre, entonces ella era un contrincante de un nivel muy superior. El verla ser aniquilada de un modo tan simple como lo hizo Damián sirvió como propaganda de miedo para el joven. Todo esto solo le deja un mensaje muy claro: Abraham debe colaborar con Damián en un nuevo orden global, o correr el mismo destino.

Acabada la ilusión Damián observa a su empalidecido amigo, de cierto modo le emociona el haberle alterado la respiración como aquel día que le reveló el secreto que lo dejaría marcado.
-¿No es grandioso mi plan?- se inclina para quedar a la misma altura-. Tú y yo somos especiales, siempre lo has sabido, más inteligentes que los demás, más sensatos, de no ser por el tropiezo con la chica que te hizo perder el tiempo… Hubieras hecho del Arcángel el verdadero salvador de este mundo.
-Yo… ¿Salvador?- empapado en sudor.
-Mejor aún, hubieras sido más que el líder que deseabas, hubieras sido lo que todos aspirarían a ser, la perfección total… Dios.
-¿Me estás hablando en serio?
-¡Claro! por eso cuando te conocí dije: Este tipo tiene iniciativa, una verdadera idea original, ¡es un cabrón!
-Yo quería ser un gran líder- Abraham se levanta.

Cuando en la hierba Sonia y Abraham platicaban las mañanas no eran frías, la iluminación era agradable y en esos escasos momentos de privacidad se divertían.
-No te regreso el cubo hasta que no respondas- Sonia sosteniendo el cubo de Abraham.
-Ya te dije, no tengo idea de cómo se prepara uno para ser líder- intentado forcejear con su amiga.
- Entonces vas a ser un mal líder- le regresa el cubo-. No tienes ni idea de cómo debería ser el país, solo quieres el poder para mandar y hacer lo que quieras.
-Eso no es cierto, sé que puedo hacer de este un país mejor.
-¿Cómo?
-Pues… dándole a la gente lo que quiere, si nadie se queja, entonces todos felices, ¿no?
-Anda, has un país de mensos, corre a quedar bien con todos y has que todos te necesiten.

Abraham aun perplejo con lo planteado por su amigo medita brevemente para comenzar con la visualización de lo que podría hacer con ayuda de él.
-No puedo aceptarlo Damián, no es correcto lo que me propones.
-¡Estás pero si bien estúpido!- haciendo una gran rabieta Damián eleva su energía-. Te doy la oportunidad de alcanzar la perfección y de nuevo un recuerdo de ella te detiene.
El Arcángel queda petrificado, la situación no podía ser peor, Damián puede leerle la mente.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿En verdad se terminará la amistad?

Episodio 42: Matar de verdad
Los padres de Abraham no habían muerto y Samantha aún le sonaba en el pecho, sin embargo él ya comenzaba a sentir que estaba equivocado. Los años terribles en el colegio eran historia pasada, incluso no los recordaba con plenitud, del mismo modo la idea de amor había cambiado.
La niña más guapa no resultaba la más apreciada, era otro el motivo de sonrisa por las mañanas, mejor dicho era el auténtico motivo de sonrisa. Era Sonia la persona más dulce que Abraham conociera, tenía algo que jamás había visto en su mundo: La capacidad de ver algo bueno en la gente.
Anteriormente se rodeó Abraham de personas que juzgaban a otros a partir de lo que hacían, no de lo que eran. Era curioso el nuevo concepto que crearía a partir de esto, la posibilidad de tener un valor por el simple hecho de ser.
Abraham pensó que jamás nadie lo querría hasta que hiciera algo grandioso, algo digno de admiración y envidia. Pensó incluso que si un día tuviese poder, entonces también controlaría los sentimientos de otros. Entonces el muchacho iluminó una pequeña carga de energía en su mano mientras reflexiona en su cama.
-Si quisiéramos a las cosas por lo que son, todo valdría lo mismo, y sería como si nada valiera nada- extingue la luz que hay en la mano-. Pero ella sin querer nada hace más por los demás.
El muchacho no lo sabía de modo claro, incluso si alguien se lo hubiera dicho en el instante lo hubiera negado, pero estaba por primera vez enamorado de modo sincero.

La luz del Réquiem brilla a todo en el puño del Arcángel, en su ver hay rastros de decepción y rencor, aunque él es alguien que predica el aprecio incluso del mismo mal, por un instante tiene un completo desprecio por esa persona que tiene enfrente. Y eso lo lleva a querer calmarse, sabe que su rayo no necesariamente destruirá a Arturo, tal como lo hizo con Sonia puede eliminar únicamente la posesión del sello que invade a su amigo, lo que no sabe es si al finalizar lo seguirá siendo.
-Siempre fuiste tan ingenuo- Accuma conservando un último respiro no deja de agredir a su ex compañero.
-Tendré que cerrarte la boca- Abraham a un instante de lanzar la técnica es empujado por una explosión que lo aleja.
Un fuego que ondula como cadenas crea látigos que vibran de modo violento, si no las vieran los muchachos en la tierra, dirían ambos que son caricias del infierno. Entonces ocurre lo que el paladín no tomó en cuenta: El séptimo rollo era el más fuerte y su transformación y voluntad propia se aferraría a Arturo como ningún otro rollo.
La figura del muchacho se incendia y las flamas crean un cuerpo más grande y grotesco, como si fuera un pez con cabeza humana, lentamente le brotan brazos y se logra sujetar al piso. Sus gritos son estruendosos mientras se retuerce y estira el cuello para expulsarlos. Abraham realmente se aterra por el espectáculo y aún así pretende ponerse en pie y enfrentarlo.
-Es cierto, me enfrento a Accuma- el Arcángel se cubre el rostro y genera un campo que le evita ser cortado por los látigos llameantes que se extienden rebanado las paredes.
El adefesio en que se ha convertido el joven equilibra su peso en las extremidades que tiene, y con un sonido horrendo comienza a extender el tronco, violentamente lo clava en el piso y este se cuartea mientras crece algo por debajo. Se distinguen rasgos de Arturo en la cara del monstruo, y con un sentido de alivio termina su transformación. Su vos es grave y rasposa y deja mostrar una lengua de reptil a cada instante como si saboreara el aire.
-Ssss, Abraham… Quiero decir Arcángel, te dije que el escorpión muestra las tenazas- estira Accuma su torso y hunde su tronco enterrado y cuando comienza una tremenda sacudida en el piso-. ¡No la cola!
Abraham rápidamente da un salto al percatarse que debajo de él emerge un enorme aguijón en ascenso. Lo presuroso del ataque lo hace caer mal y quedar expuesto a repeticiones que afortunadamente para él, no son acertadas.
-De modo que ahora me enfrento a algo que no es mi amigo, no tendré entonces piedad-
Abraham corre esquivando la cola que crece a sus pies y que a cada zancada que da le hace zigzaguear, pero tantos años de esquivar balas le han dado un quiebre impresionante a Abraham, para él es un trayecto cotidiano, cuando se acerca a Accuma lo suficiente, este intenta barrerlo con su brazo, pero el encapuchado da un salto para esquivarlo y subir por él, cerca del cuello prepara su ataque.

En los días que Abraham pasaba con Sonia sin decirle lo que pensaba no podían pasar mucho tiempo solos, prácticamente nunca faltaba alguien a su lado, caso contrario ocurría con Damián, prácticamente no había día en que no regresaran juntos a sus casas, la proximidad entre estas facilitaba que también por las tardes se visitaran de modo continuo. En el parque que les quedaba como punto medio una tarde platicaban.
-Quizá, deba cambiar mi objetivo- Abraham dice mientras se gira en el columpio.
-No me importa- Damián con su videojuego portátil ignora a su compañero.
-Lo de ser el gran líder, eso creo que ya no lo quiero.
-No seas tonto- interrumpe su juego-. Eso quizá sea lo único que te hace especial.
-No digas eso, sabes que soy especial, digo que no sepas de lo que soy capaz es distinto.
-Pues yo te veo como todos los demás, al inicio parecías inteligente, pero ya viéndote en acción… Digamos que me has dejado las expectativas bajas, sobre todo cuando me llegó un rumor.
-Ja, ¿rumores míos?- Abraham está acostumbrado a tantas historias que se crearon a su alrededor, desde que llegó diciendo que sería presidente, de inmediato su popularidad creció y se esparcían rumores sobre él.
-Bueno, no es exactamente tuyo, pero creo que va por el rumbo de lo que me dirás.
-Me da risa, hablas como si en verdad te anticiparas a cada uno de mis movimientos, ¿es que te la pasas vigilándome?
-Eres un estúpido, no perdería el tiempo en vigilarte, mejor me busco a una chava.
-De eso te iba a hablar, Damián, estoy enamorado.
-Ya lo sé, de Samantha.
-Este, en realidad…
-¡No me digas!, siempre si es cierto lo de la otra chava esa.
-¿Cómo, sabes lo de Sonia?
-Es tan obvio, sus amigas se dieron cuenta y me contaron eso y otras cosas, y de algo estoy seguro, mejor ni lo intentes.
-¿Por qué no?
- No te conviene, mejor deberías prepararte para ser el gran líder, ganar mucho dinero y casarte con una modelo que le haga pensar a Samantha en lo tanto que se equivocó en no elegirte.
-Sé que cuando nos conocimos te dije sobre eso y tantas tonterías, tenía planes de venganza, en realidad tenía tanto rencor en mi corazón.
-Suenas como marica.
-No seas tonto, hablo en serio- Abraham levanta los pies y se deja girar por el columpio, al terminar de dar vueltas, muestra todas las imágenes, excepto la de una persona madura-. Con Sonia aprendí que puede haber cariño de verdad, sin cosas como: hay que ser un tipo grande para que te quieran.
-¿Seguro? Ja, mejor aléjate de esa mujer, sé lo que te digo.
-Mira Damián, con ella ocurre algo que jamás me ha ocurrido con nadie, y si es como creo que es, se dará cuenta que la quiero y me daría una oportunidad, digo no soy un Adonis, pero tampoco soy tan malo.
-Mira tonto, esa vieja no te va a pelar porque a ella le gusta otro, es una chava más, y al igual que a todas les gusta el más guapo, y estás feo.
-¿Es que sabes quién le gusta?
-Sí, sí sé.
-Entonces tienes que decírmelo, que somos amigos.
-Dudo en que lo sigamos siendo si te lo digo.
-Algo que he aprendido por ella es que a la gente no se le abandona nunca, y menos si es tu amigo, ¡los amigos de verdad jamás se dejan!

Abraham está por hacer estallar a Arturo pero en su mente está esa promesa que se hizo.
-Dijiste malas palabras- Abraham ve como el aguijón rompe el piso para salir y atacarlo por la espalda, con una patada en la inmensa cabeza de Arturo le hace que este saque la lengua y lo toma por ella- . Por eso solo procede una amonestación lingüística.
Abraham jala la lengua del coloso Accuma y con ella bloquea el aguijón del mismo, después salta y observa cómo se retuerce.
-Con eso pagas como demonio, ahora es momento de que seas de nuevo hombre – prepara su ataque de réquiem en la versión para regresarlo a la normalidad-. Para que se te quite hablar así de los que te dieron su amistad.
Abraham con el brazo extendido queda petrificado y sin lanzar su ataque cuando ve látigos negros llameantes, idénticos a los del séptimo rollo aunque en versión oscura, estos rebanan la cabeza de Arturo y el resto del cuerpo, la lengua es cortada y la mitad regresa a al boca mientras la otra se queda atravesada por la punta de la cola.
Cuando se retiran los látigos el cuerpo de Arturo se cristaliza con tonos oscuros también y luego se revienta haciendo que Abraham se cubra de los fragmentos que como lluvia le causa varias cortaduras
-Ese es su castigo por ser un perdedor, no provocas a un enemigo al que no vas a aniquilar- Damián sentencia mientras aparece cerca de Abraham-. Y tú, me hiciste esperar tanto tiempo.
Abraham no puede creer que Damián haya exterminado a su amigo común, y menos con una técnica tan sanguinaria, de inmediato reconoce que jamás ha visto un rival más poderoso.

Germán, en el nombre del demonio

Germán…  Claro que recuerdo ese nombre, yo nunca olvido uno: pequeña víctima de sí mismo, ignorante de su capacidad, temeroso del profu...